En la elección presidencial de 2006 participaron ocho partidos políticos, de los cuales cinco se agruparon en dos coaliciones. Los candidatos fueron:
Andrés Manuel López Obrador de la Coalición Por el Bien de Todos, conformada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Convergencia.
Felipe Calderón Hinojosa del Partido Acción Nacional (PAN).
Roberto Madrazo Pintado de la coalición Alianza por México, conformada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Patricia Mercado Castro del Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina.
Roberto Campa Cifrián del Partido Nueva Alianza.
Desde el principio de las campañas, en una burda estrategia que se fue intensificando con el apoyo de la oligarquía y la complicidad de las autoridades electorales, el eje de la campaña de Felipe Calderón fue la violencia verbal, la guerra sucia y la descalificación sin argumentos contra Andrés Manuel López Obrador.
El panista acusó sin pruebas en varias ocasiones a López Obrador de ser intolerante y de ser un “peligro para México”, adjetivos que se convirtieron en la matriz de mensajes ampliamente difundidos en radio y televisión, y repetidos casi las 24 horas del día por los locutores o “levanta cejas” del duopolio televisivo.
La premisa de campaña de Calderón fue la tesis de su abuelo ideológico el nazi Joseph Goebbels, denominada la ilusión de verdad, donde una mentira repetida mil veces llega a parecer verdad. Calderón fingió ser “el hijo desobediente” del foxismo, para en realidad erigirse como el candidato abierto o soterrado de la oligarquía.
El 19 de enero de 2006 el diario español El País tituló así una nota sobre el proceso en México: “Arranca la campaña electoral en México con López Obrador como favorito en tres sondeos. El ex alcalde de la capital haría historia al convertirse en el primer presidente de izquierdas en la historia del país”.
Y después el mismo rotativo informaba:
“El candidato de izquierdas a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, aparece como favorito de tres sondeos publicados hoy, con porcentajes de intención de voto del 29 al 39%, después que el Instituto Federal Electoral diera luz verde al arranque de campaña electoral. Las encuestas sitúan a los aspirantes del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Roberto Madrazo, en segundo y tercer lugar, respectivamente, en la carrera por las elecciones, previstas para el 2 de julio. La encuesta del diario Reforma señala que López Obrador pasó del 29 al 34% de respaldo en dos meses. En este tiempo, la intención de voto a favor de Madrazo aumentó menos, del 21 al 22%, y la de Calderón cayó de 28 a 26%. Según este sondeo, los indecisos representan el 15%.
“La encuesta de Mitofsky coincide con el porcentaje, sin embargo, Roy Campos, director de la firma, explica que esto significa que serán determinantes de cara a la elección (sic), cuando se elegirá al nuevo presidente de México y se renovará el Congreso mexicano. También muestra que López Obrador, ex alcalde de la capital mexicana, ganó cuatro puntos desde noviembre y se sitúa en el 39%, seguido de Calderón, que ganó dos puntos (31%) y Roberto Madrazo (29%), que perdió uno.
“La muestra de Covarrubias y Asociados, patrocinada por el Partido Revolucionario Demócrata (sic), pone a la cabeza a López Obrador con el 29%, seguido de Calderón (27) y Madrazo (22). Los tres sondeos atribuyen a cada uno de los otros dos aspirantes a la presidencia mexicana, los candidatos del Partido Nueva Alianza, Roberto Campa, y de Alternativa Socialdemócrata Campesina, Patricia Mercado, porcentajes de entre el 1 y el 2%”. Concluye la nota.
Como puntero solitario de entre 10 y 15 puntos de diferencia sobre su más cercano perseguidor comenzó AMLO su campaña en Metlatónoc, Guerrero, el municipio más pobre del país. El “Peje” se veía en caballo de hacienda, pero varios de los dirigentes que lo rodearon no observaron que el camino a la presidencia era un campo minado.
El enviado y el corresponsal de La Jornada Renato Dávalos y Sergio Ocampo respectivamente, realizaron una crónica periodística del inicio de una etapa que estaba convocada a significar el inicio de la ruta para la transformación de México:
“En la desolación mixteca y tlapaneca, el candidato presidencial de la Alianza Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, perfiló el eje de su plan de gobierno en seis puntos, y estableció: ”Sí habrá economía de mercado, pero el Estado combatirá la desigualdad social; sí habrá orden macroeconómico y disciplina, aunque con crecimiento sostenido, generación de empleos y bienestar. Se acabará la hipocresía de los gobiernos neoliberales’. Sí atenderemos los fundamentos de la economía mundial y a la globalización, pero ejerciendo la libertad de aplicar nuestros puntos de vista y una política que convenga al interés nacional”.
”Aquí estoy, echando la suerte con ustedes”, resumió el candidato de la alianza que integran PRD, PT y Convergencia, en el arranque de su campaña, sin la custodia del Estado Mayor Presidencial y empuñando el bastón de mando de los mixtecos.
“A Metlatónoc se llega por un camino escarpado, sinuoso y polvoriento, que corona en el municipio más pobre del país, de 30 mil habitantes, de los cuales 29 mil son mixtecos y tlapanecos. De ellos, la mitad vive sin luz y sólo uno de cada tres tiene agua. Es la hora de restañar las viejas heridas para hacer justicia a los pueblos indígenas, dijo López Obrador. ”Protesto cumplir con todos los compromisos y vamos a empezar pagando la deuda con las comunidades indígenas, pues la paz es fruto de la justicia.”
“En un templete que crujió en varias ocasiones, treparon los presidentes: perredista, Leonel Cota, y de Convergencia, Dante Delgado; no estuvo el petista Alberto Anaya, pero sí el coordinador de redes ciudadanas en la zona y ahora aspirante a senador, Ricardo Monreal.
“La caravana vehicular que acompañó al candidato subió durante tres horas una montaña salpicada de arroyos, piedras calizas desgastadas y aguas turbias. De arenas rojizas que atascaron varios vehículos y que levantaron nubes de polvo creando un paisaje fantasmal, bajo un sol que se asomó a las laderas de milpas secas.
“En medio de casas de adobe en las que se cocina con leña o carbón, habitadas por niños que languidecen de desnutrición, el ex jefe de Gobierno capitalino se refirió a un documento que le hicieron llegar representantes de las comunidades indígenas, en el que se hace un diagnóstico de la circunstancia social de la región.
“El 97 por ciento de la población de Metlatónoc no tiene drenaje. Hay un ginecólogo por cada 17 mil mujeres; 90 por ciento de los habitantes no tienen seguridad social y la mortalidad materna es 300 por ciento superior al promedio nacional. ”… Nos alimentamos con totopos… aprendemos a convivir con las enfermedades. Nos tenemos que resignar a los accidentes de trabajo e incluso a perder un miembro del cuerpo”, detalla el documento que leyó el propio López Obrador.
“En Huexoapa, López Obrador se encontró con una mujer en extrema pobreza, madre de siete hijos, que deambulaba por el camino de polvo disuelto en el aire y que le prometió su apoyo. Cuatro horas después, en Chilpancingo, ante poco más de tres mil personas que se reunieron en la plaza principal, el aspirante presidencial envió un mensaje a los candidatos de su partido a las dos cámaras: ”No queremos que se la pasen en el café, sino al lado de la gente”.
“Papeles de colores y música de banda despidieron el primer día de la campaña de López Obrador, a quien le entregaron la llama del fuego de la esperanza. Una reunión privada con la estructura electoral perredista cerró la jornada”.
Mientras AMLO emprendía un largo y auténtico peregrinaje por el México profundo, tramposamente en algunos promocionales de televisión financiados por el Consejo Coordinador Empresarial, se comparó a AMLO con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Además, se le acusó falazmente de haber triplicado la deuda de la Ciudad de México cuando fungió como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, aunque no se dieron a conocer cifras reales pues la información fue reservada por tiempo determinado; y de, en caso de llegar a la presidencia, causar crisis económica y social al país, además de un aumento en la inseguridad durante su probable mandato.
En enero la guerra sucia apenas mostraba los dientes, lo peor estaría por venir. Los espacios ciudadanos advertían la construcción de un fraude desde la misma campaña, pero con excepción de los dirigentes del PRD en el DF, en la mayor parte del país decían “vamos arriba 10 puntos”, “ya no estamos en el 88”, “hay que ver quien se va al gobierno de AMLO y quien al de Marcelo”, “este arroz ya se coció…” y otras frases tan erráticas como propias de quienes ya se frotaban las manos por llegar al poder por el poder sin ayudar realmente en nada al movimiento.
Este texto forma parte de un trabajo más amplio que se denomina: Los años de la resistencia, que será publicado en esta columna por entregas.