Insuficiencia Venosa, padecimiento con mayor prevalencia en mujeres

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Redacción

La Insuficiencia Venosa es una condición médica crónica, la cual afecta a un número significativo de personas en todo el mundo, donde nuestro país no es la excepción. Esta condición se caracteriza por presentar reflujo de las venas impidiendo su completo retorno sanguíneo hacia el pulmón favoreciendo la estasis venosa de miembros inferiores, lo cual puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen.

“La insuficiencia venosa crónica es un padecimiento en el cual las venas no cumplen su función, que es llevar la sangre desde las extremidades hacia las cavidades derechas del corazón y de allí al pulmón, para que en ese órgano se oxigene, pase al corazón oxigenada y luego vaya del corazón por la arteria. Es un proceso que se realiza por la acción de unas válvulas que hay en el interior de las venas que abren y cierran”, expresó Sergio Alafort Castillo, Médico Flebólogo, Socio de la Academia Mexicana de Flebología y Linfología (AMFIL) y Director de la Clínica de Varices Narvarte.

La prevalencia de la IVC en la población femenina adulta se encuentra entre el 20% y el 50%, mientras que en los hombres oscila entre el 10% y 20%. Es un padecimiento con un fuerte componente genético y no puede ser curado, aunque se pueden tratar los síntomas con flebotónicos (tónicos venosos) y prevenir complicaciones a través de la adopción de una serie de hábitos saludables.

Alafort Castillo, médico general egresado de UVM con especialidad en el Instituto Mexicano de Flebología (IMF), detalló que “el tratamiento medicamentoso puede variar según el grado de la IVC y las necesidades individuales del paciente. En algunos casos, se pueden combinar tratamientos farmacológicos con terapias no farmacológicas, como compresión elástica con medias especiales importadas, cambios en el estilo de vida y medidas preventivas.

Actualmente, comentó el especialista estamos utilizando en los pacientes la hidrosmina, conocido como AXIRAS, medicamento que la farmacéutica española FAES FARMA trajo a México y que está indicado para aliviar o mejorar, en corto plazo (de dos a tres meses) los síntomas relacionados con la Insuficiencia venosa.

La IVC puede estar relacionada con varios factores de riesgo, como son la edad avanzada, por debilitamiento de las válvulas venosas, lo cual aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad.

Las mujeres tienen una mayor predisposición a desarrollar IVC en comparación con los varones, debido, sobre todo, a los cambios hormonales que experimentan durante el embarazo y la menopausia. Además, las mujeres de tez blanca son más propensas a sufrir IVC.

Al tener México una tasa tan alta en obesidad y sobrepeso, provoca que haya una gran cantidad de personas con problemas venosos. Los kilos de más ejercen una presión adicional sobre las venas, lo que dificulta el flujo sanguíneo adecuado, al igual que tener un estilo de vida sedentario. La falta de actividad física y estar sentado o de pie durante largos períodos puede aumentar el riesgo de desarrollar esta condición”, concluyo.

La IVC, cabe decir, no solo representa un problema de salud pública, sino que también puede afectar la calidad de vida de quienes la padecen. Entre las consecuencias más comunes se encuentran las siguientes: dolor crónico en las piernas, fatiga, hinchazón, incomodidad estética de las venas varicosas.

Todos los anteriores síntomas, añadió el médico flebólogo, pueden limitar la capacidad de una persona para realizar actividades diarias, trabajar eficientemente y disfrutar de una vida plena.

Dado lo anterior, comentó, es fundamental educar a la población sobre los factores de riesgo, los síntomas iniciales y las medidas preventivas que pueden adoptarse. “Promover un estilo de vida saludable, que incluyan actividad física regular, mantener un peso adecuado y evitar el sedentarismo, puede desempeñar un papel importante en la prevención de la IVC”.

Aunque se habla poco de ella, la IVC es una afección común y un desafío de salud importante en México, pues afecta a una proporción significativa de la población adulta. El acceso a la atención médica especializada y los tratamientos adecuados puede estar limitado, sobre todo en algunas regiones de México. Por tanto, es fundamental capacitar a los profesionales de la salud en la detección y gestión de esta condición, sobre todo a los médicos generales.

Dado lo anterior, es esencial que las autoridades, los profesionales médicos y la sociedad en general presten atención a esta condición y trabajen en conjunto para mejorar el acceso a la atención médica y promover la prevención. La implementación de políticas de salud enfocadas en la detección temprana, el tratamiento adecuado y la educación pública contribuirá a mitigar el impacto de la IVC y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.