Redacción

Ante mayores presiones inflacionarias, el Banco de México (BANXICO), determinó aumentar en 25 puntos base su tasa de interés relevancia, al elevar de 4.00 a 4.25 por ciento, lo que constituyó el primer ajuste desde el año 2018.

Así, al dar a conocer su decisión de política monetaria, la institución encabezada por Alejandro Díaz de León advirtió que las presiones inflacionarias observadas en las últimas semanas, si bien podrían ser coyunturales, lo cierto es que existe el riesgo de que se generan distorsiones en la definición de precios tanto en las cadenas de suministro como al consumidor.

“Si bien se prevé que los choques que han incidido sobre la inflación son de carácter transitorio, por su diversidad, magnitud y el extendido horizonte en el que han venido afectando a la inflación, pueden implicar un riesgo para el proceso de formación de precios. En este contexto, se consideró necesario reforzar la postura monetaria a fin de evitar afectaciones en las expectativas de inflación, así como para lograr un ajuste ordenado de precios relativos y propiciar la convergencia de la inflación a la meta de tres por ciento”, afirmó.

Por medio de su anuncio de política monetaria, el BANXICO refirió que incorporando el comportamiento reciente de la inflación, la actualización de las trayectorias esperadas para la general y subyacente en los próximos trimestres son más elevadas que las publicadas en el último Informe Trimestral.

“Ahora se estima que la inflación general converja a la meta de tres por ciento en el tercer trimestre de 2022. Estas previsiones están sujetas a riesgos. Al alza: i) presiones inflacionarias externas; ii) presiones de costos o reasignaciones de gasto; iii) persistencia en la inflación subyacente; iv) depreciación cambiaria; y v) que la sequía presione a los precios agropecuarios. A la baja: i) por los efectos de la brecha negativa del producto; ii) mayores medidas de distanciamiento social; y iii) apreciación cambiaria. El balance de los riesgos que podrían incidir en la actualización de la trayectoria esperada de la inflación en el horizonte de pronóstico es al alza”, señaló.

Agregó que las cadenas de suministro y los procesos productivos de diversos bienes y servicios siguen afectados por la pandemia, lo que ha ocasionado choques adicionales a los previstos en la inflación general y subyacente, que alcanzaron 6.02 y 4.58 por ciento en la primera quincena de junio.

“Las expectativas de inflación general y subyacente en 2021 volvieron a aumentar y las de mediano y largo plazos se mantuvieron relativamente estables en niveles superiores a la meta de 3 por ciento”, apuntó.

Por ello, la Junta de Gobierno decidió por mayoría incrementar en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 4.25 por ciento. Cabe destacar que dos miembros votaron por mantener dicho objetivo en cuatro ciento.

“Hacia delante, la conducción de la política monetaria dependerá de la evolución de los factores que inciden en la inflación, en sus trayectorias previstas en el horizonte de pronóstico y en sus expectativas (…); es necesario salvaguardar el ámbito institucional, fortalecer los fundamentos macroeconómicos y adoptar las acciones necesarias en los ámbitos monetario y fiscal, para propiciar un mejor ajuste de los mercados financieros nacionales y de la economía en su conjunto”, señaló.

 

 

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