Redacción

La alta inflación en México no cesa, pues durante el último mes productos de consumo básico reportaron incrementos de hasta 75.5 por ciento, lo que ha mermado el poder adquisitivo de los mexicanos.

La Alianza Nacional de Pequeños Empresarios (ANPEC), informó que la variación de precios en los productos de la canasta básica registrada entre el 15 de enero y el 15 de febrero en 14 estados de la República se reportaron, en promedio, los siguientes incrementos: Aguacate 75.56 por ciento; jitomate 63.33; cebolla 48.28; papa 44; limón 41.6; lentejas 33.3 atún 29.4; pasta para sopas 25; chile serrano 24.2; tomate 22; papel higiénico 16.6; limpiador multiusos 16.6; arroz 16.1; aceite 14.2; azúcar 13.6; sardinas 11.1 por ciento, entre otros.

En este sentido, el presidente de la organización, Cuauhtémoc Rivera, afirmó que es claro que la llamada “cuesta de enero” se prolongará por más de dos meses, lo que mermará la recuperación económica del país.

“En este arranque de año el pequeño comercio ha tenido bajas ventas, la gente no ha recuperado su poder adquisitivo y su consumo sigue estando por debajo de su línea de bienestar. A las amas de casa se les ven los rostros cada vez más adustos al no encontrar la salida a su cotidianidad adversa y estresante”, dijo.

“Esto explica -agregó el empresario-, la baja confianza del consumidor y su desánimo, que sumados al aumento de las materias primas, los precios de transporte marítimo y terrestre en el abasto y suministro y los constantes cambios del patrón de consumo que desajustan la logística de entrega son, entre otras, las principales causas que impulsan la inflación, enmarcadas por la incertidumbre que se genera por el temor a la aparición de nuevas y peligrosas variantes de COVID; todo esto, más sequía, inseguridad y dependencia alimentaria apuntala la inflación”,

El dirigente de la ANPEC afirmó que el mundo no se atreve a cantar victoria sobre la pandemia, lo ha hecho en varias ocasiones y ha fallado.

“El 2022 seguirá siendo un año de grises; cero y van 4 olas de COVID que enferman al mundo. La cuarta ola Ómicron, la más contagiosa, fue relativizada por su baja letalidad, no obstante sí enfermó a muchos, heredándoles secuelas, aun y que no los hospitalizó ni cobró tantas vidas, dejando en claro la utilidad de las vacunas y la apuesta a que su efecto rebaño nos permita, por fin, derrotar al COVID”, externó Cuauhtémoc Rivera.

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