Por Maricela Palacio

En el mes de la conmemoración del Día Mundial de la Diabetes y bajo el lema: “Si no es ahora, ¿cuándo?”, el doctor Josafat E. Camacho Arellano, presidente Médico de la Federación Mexicana de Diabetes, A.C. (FMD), dijo que a nivel mundial uno de cada 11 adultos de 20 a 79 años tiene diabetes y estos pacientes deben atenderse tempranamente y no deben esperar a presentar complicaciones cardiacas, insuficiencia renal o pie diabético.

“Cada 30 segundos se pierde por amputación una extremidad inferior o parte de ella, como consecuencia de la diabetes, de ahí la importancia de la atención oportuna del pie diabético en el momento que aparezca una lesión y no esperar que se cure por sí sola, sino acudir con el profesional de la salud y recibir tratamiento”, advirtió el doctor Josafat Camacho.

En conferencia de prensa, el presidente Médico de la FMD, dijo que a nivel mundial hay 463 millones de personas que viven con diabetes mellitus y México ocupa el 6º lugar de los países con mayor número de personas diagnosticadas; sin embargo una de cada dos no sabe que vive con esta condición.

Entre las principales complicaciones de la diabetes destacan retinopatía diabética 35%, nefropatía diabética 36%, neuropatía diabética 16%, lesiones ulcerosas 2%, amputaciones 1%, visión disminuida 54.5%, daño a la retina 11.2% y pérdida de la vista 9.9%.

El pie diabético en México

La neuropatía diabética es la forma más frecuente que afecta a los nervios distales de las extremidades, en particular a los pies, alterando principalmente la función sensitiva simétrica, lo que provoca sensaciones anormales y entumecimiento progresivo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pie diabético comprende toda infección, ulceración y destrucción de tejidos profundos de la extremidad inferior, asociadas con alteraciones neurológicas y diversos grados de enfermedad vascular periférica.

Camacho Arellano, advirtió que estas afecciones facilitan el desarrollo de úlceras como resultado de un traumatismo externo o la distribución anormal de la presión ósea interna, lo que se conoce como pie diabético.

Por su parte Enrique González Hernández, coordinador de Vocales de Latino América de la Asociación Latinoamericana del Pie Diabético y Socio Fundador ALAPID, señaló que “el pie diabético es la causa de más admisiones hospitalarias por una complicación crónica de la diabetes. Esta condición afecta mayormente a la a las personas con diabetes de entre 45 y 65 años de edad (personas que son consideradas como productivas y funcionales para la economía). La ulceración por pie diabético (UPD) es una las complicaciones más comunes y serias de la diabetes. El 50% de las amputaciones de extremidades inferiores a nivel mundial se realizan en personas que viven con diabetes”.

El doctor González Hernández agregó que la prevalencia mundial de la neuropatía periférica relacionada con la diabetes oscila entre 16% y 87%, mientras que 26% de los adultos con diabetes presentan neuropatía dolorosa relacionada con esta afección.

En cuanto a la prevalencia del pie diabético en el país es de 13.9% millones mexicanos, de los cuales 5.5% fueron amputados, es decir 670 mil 435 de personas. Las complicaciones del pie diabético y de las extremidades inferiores afectan desde 40 hasta 60 millones de personas con diabetes mellitus en todo el mundo, y son una fuente importante de morbilidad en personas que viven con esta condición.

Las úlceras crónicas y las amputaciones provocan una reducción significativa en la calidad de vida y aumentan el riesgo de muerte prematura. Sin embargo, menos de un tercio de los médicos reconocen los síntomas de la neuropatía periférica relacionada con la diabetes; como resultado los diagnósticos erróneos contribuyen ampliamente a los altos índices de mortalidad.

La amputación de alguno de los miembros inferiores en personas con diabetes es de 10 a 20 veces más frecuente en comparación con aquellas que no padecen esta afección.

Juan Herrera, KOL Armstrong Laboratorios de México se refirió a la importancia del tratamiento y de primeramente controlar los niveles de azúcar del paciente, ya que estos fomentan las infecciones y es difícil llegar a la adecuada cicatrización de las ulceras, una vez que está controlada la azúcar hay que saber si la úlcera está infectada o no está infectada, en el primer caso hay que dar antibioticoterapia para controlar la infección.

Además, dijo se debe estimular el tejido con lavados frecuentes dos veces al día con agua y jabón, después humedecer la herida con un antiséptico que puede ser clorhexidina, microdacyn y posteriormente si no está infectada es recomendable aplicar Recoverón G en abundancia para que esté humedecida la zona para ayudar a disminuir la inflamación, inhibiendo los factores proinflamatorios y favoreciendo la elaboración de fibras de colágeno, elastina, laminina, miocina y actinas, con el fin de mejorar el proceso cicatrizal al favorecer la contracción del

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