Redacción

En la cotidianidad de México, las bebidas azucaradas como la Coca Cola han encontrado su espacio en mesas, fiestas y ceremonias, convirtiéndose en parte integral de la cultura de consumo del país. Sin embargo, este nivel de inclusión viene con repercusiones en la salud pública, siendo vinculadas al aumento en el riesgo de padecer condiciones como obesidad, sobrepeso y diabetes tipo 2.

La Coca Cola, bebida carbonatada de sabor dulce, vio su origen en 1886 por John Pemberton, un farmacéutico de Atlanta, Georgia, Estados Unidos. Desde entonces, ha crecido hasta ser vendida en más de 200 países, bajo el sello de The Coca-Cola Company, consolidándose así como una de las marcas más renombradas a nivel global, con notable presencia en nuestro país.

La variedad de opciones que ofrece la compañía va más allá de su versión clásica, incluyendo alternativas como Coca-Cola Light y Coca-Cola Zero, además de una diversidad de sabores y ediciones especiales. Sin embargo, los mexicanos se caracterizan por ser tradicionalistas y por ello su edición original sigue siendo el latente más consumido en todo el país.

Chiapas: el estado de México que más consume Coca Cola: Conahcyt

A pesar de esta popularidad, la marca no escapa de las críticas, sobre todo cuando se trata de su impacto en la salud. Una observación preocupante es el alto consumo en ciertas regiones, destacándose Chiapas, México, por ser el lugar con la tasa más elevada de ingesta de esta bebida a nivel mundial.

Según un informe del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), se estima que el consumo per cápita en Chiapas asciende a 821.25 litros de Coca-Cola al año, cifra que supera ampliamente el promedio nacional mexicano de 160 litros. Este fenómeno no solo se destaca por su asombrosa magnitud, sino también por su correlación con la prevalencia de diabetes mellitus en la región, la cual ha sido identificada como la principal causa de defunción en la última década.

Investigaciones realizadas por Jaime Page Pliego, Antropólogo y experto del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (Cimsur), señalan que este aumento en el consumo de refrescos está influenciado por factores como una regulación gubernamental laxa hacia las industrias refresqueras, campañas de marketing dirigidas a la población local en sus lenguas nativas, y un acceso limitado a agua potable de calidad.

Además, cambios en las dinámicas sociales y religiosas de los chiapanecos también han jugado un papel importante en la incorporación de Coca-Cola en su estilo de vida diario.

Estos detalles resaltan un desafío considerable para la salud pública en México, evidenciando la necesidad de abordar tanto el consumo excesivo de bebidas azucaradas como las prácticas corporativas y las políticas de salud que permiten su prevalencia.