EDITORIAL

La definición de la dirigencia nacional del partido MORENA por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), podría abrir un grave caso de corrupción al interior de la máxima autoridad electoral del país. Una auténtica “Caja de Pandora”.

Y lo anterior, porque intereses morenistas y opositores al propio presidente de la República y fundador del partido, Andrés Manuel López Obrador, podrían incidir en el fallo de la autoridad electoral y favorecer a Alfonso Ramírez Cuellar y avalarlo como dirigente nacional de MORENA, aun y cuando los procesos y criterios han sido violatorios de los estatutos del instituto político.

Así, mientras la magistrada Mónica Soto está a favor de la legalidad, el magistrado Felipe Fuentes persigue una ganancia política al querer ser magistrado presidente del órgano electoral, ahora que le propusieron el cargo.

Lo anterior sería la razón por la cual el predictamen que habría emitido la autoridad electoral a favor de Alfonso Ramírez como encargado ilegítimo del Movimiento de Regeneración Nacional. Sin embargo, para fortuna del Estado de Derecho (no sólo de MORENA sino de la vida electoral del país), se anunció que la resolución se emitiría “hasta nuevo aviso”.

Con ello, confiando en la prudencia, ética y profesionalismo de los magistrados, no habría otra opción que el fallo estuviera a favor de Yeidckol Polevnsky y ratificarla como secretaria general con funciones de presidenta de MORENA.

Incluso, la renuncia de Alejandro Rojas a disputar la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional y el retiro de sus recursos de inconformidad ante el TEPJF, descubren la mano de Ricardo Monreal en el proceso y a favor de Alfonso Ramírez Cuéllar.

Como se plasmó en este espacio, en manos de la autoridad electoral está darle un empuje y señal de la efectiva aplicación del Estado de Derecho en México. Magistrados, en su cancha está la pelota.

 

 

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