En tiempos de pandemia el gasto público es un asunto prioritario que es necesario volver a discutir colectivamente.
Existe un clamor generalizado en la sociedad que exige que los partidos políticos reduzcan por lo menos a la mitad el financiamiento que reciben en tiempo de elecciones. Sin embargo, las organizaciones políticas con registro no son los únicos entes públicos que son susceptibles de reducir su presupuesto, pues correspondería en primera instancia al Congreso de la Unión cumplir la propia Ley Federal de Austeridad Republicana, más en el momento de contingencia sanitaria, como el que vivimos que ha causado estragos en la salud y la economía del pueblo de México.
Después del Instituto Nacional Electoral (INE), son ambas cámaras las que reciben el presupuesto más abultado para su operación, de los fondos públicos que ellos mismos revisan y aprueban.
Para 2021 tan solo la Cámara de Diputados tiene asignado un presupuesto total de ocho mil doscientos ochenta y dos millones de pesos ($8,282,000,000), de este presupuesto, casi seis millones corresponden a “servicios personales”, ($5,850,366,887) es decir tanto los honorarios que reciben el personal contratado por la cámara, como las dietas de los 500 diputados de mayoría relativa y representación proporcional que la componen.[1]
A pesar de los avances en estos últimos dos años, para reducir las percepciones desproporcionadas al interior de la cámara, que eran una larga lista de gastos que se sumaban como “apoyos” a las dietas de cada diputado, verdaderas ofensas al pueblo trabajador: el pago de gastos médicos mayores, la contratación de seguros privados de “riesgos”, las primas vacacionales, los jugosos seguros de vida o de retiro, o los subsidios para adquirir vehículos. Muchos de estos viejos privilegios hoy están expresamente prohibidos en la Ley Federal de Austeridad Republicana, expedida por el Congreso en noviembre de 2019.[2]
Sin embargo, aun con estas medidas urgentes que se tomaron, este año cada representante popular, sin considerar su desempeño, recibirá más de un millón de pesos ($1,150,738) como remuneración neta.[3] Esto, sin contar los rubros presupuestados para cada diputado de Asistencia Legislativa y Apoyo y Atención Ciudadana, que siguen estando al servicio de la autopromoción de cada representante. Esta inercia en los gastos excesivos, se ha terminado por imponer en la práctica como un privilegio entre los sucesivos miembros del congreso de todas las fuerzas políticas, en las pasadas tres décadas, si consideramos que de 1994 a 2003 su remuneración paso a acrecentarse en 300%, justo en momentos de plena crisis económica y durante el auge del modelo de expoliación neoliberal.[4]
Pero, ¿la importancia política del poder legislativo justifica este trato privilegiado?, ¿realmente son necesarias estas altas percepciones de nuestros representantes?, ¿cómo podemos salir del mero enfoque comparativo de quienes argumentan “en otros países, o en la iniciativa privada se gana más”?
Vale la pena contrastarlo con la alta responsabilidad de otros servidores públicos que es socialmente reconocida.
En tiempo de COVID19 el trabajo bajo presión y los riesgos reales y letales que toman todos los días el personal médico y auxiliar para atender a los mexicanos que padecen esta terrible enfermedad. Desde la gravedad de la crisis sanitaria que vivimos, nadie puede cuestionar la necesidad de que todo el personal responsable de la atención directa, cuente con una digna remuneración que compense los esfuerzos y sacrificios a que han estado sometidos durante el pasado año. Consideramos que este es un buen parámetro para valorar el trabajo de un verdadero representante popular, y en ningún momento, demerita las responsabilidades de quienes lleguen a un cargo por el voto de los ciudadanos, por el contrario, si hoy nos llenamos la boca al llamarlos héroes, ellos deberían ser el referente para cualquier servidor público.
La Austeridad Republicana como conducta política que define la nueva ley aprobada por el mismo Congreso de la Unión, implica: “combatir la desigualdad social, la corrupción, la avaricia y el despilfarro de los bienes y recursos nacionales”, por lo tanto, impulsar al interior de la Cámara los acuerdos políticos para ajustar las dietas de los diputados al salario de los médicos especialistas de las instituciones públicas, (entre $34,437 y $39,801 pesos, para el caso del Instituto Mexicano del Seguro Social) servirá para dignificar frente al pueblo de México, el trabajo de sus representantes; en tanto se puedan ofrecer mejores salarios para todos los servidores públicos, como es todo el personal de salud. Es decir, proponemos que los diputados ganen lo que servidores del pueblo reciben como son los médicos especializados, que han puesto en riesgo su vida para salvar a la gente del COVID19.
Así, quienes legítimamente aspiren a una vida distendida y de comodidades, se podrán abstener de participar en procesos electorales (con los ahorros de fondos públicos que eso conllevara) para enfocarse en las actividades que legamente les proporcione este estilo de vida, el mismo estilo lujoso que debe erradicarse en todos los poderes y órganos de gobierno al servicio del pueblo. Pues servir al pueblo implica vocación y convicciones, más que búsqueda de privilegios.
Además hemos planteado eliminar gastos innecesarios en los excesivos cuerpos de seguridad del palacio legislativo de San Lázaro, que debe ser la casa abierta al pueblo, y eliminar duplicidad de asesores para que las instituciones educativas públicas especializadas puedan contribuir a las propuestas de legislación que atiendan los graves problemas nacionales.
Con un nueva reforma por la Austeridad en la Cámara de Diputados se pueden destinar los recursos ahorrados al presupuesto público para apoyar a personas afectadas por la crisis del COVID19, especialmente aquellos excluidos de la seguridad social pública como son trabajadores del arte, la cultura y el entretenimiento, cuya fuente laboral fue cancelada ya prácticamente durante un año por la Pandemia.
Nuestra propuesta es abrir el diálogo y la reflexión: ser diputado debe ser un camino de servicio al prójimo, de resignificación del noble oficio de la política, y de vivir en la justa medianía. Se debe predicar con el ejemplo, y ajustar el cinturón para apoyar a los afectados por la emergencia, pues nuestro objetivo desde la 4aT no son solo logros personales (que son legítimos y válidos), sino la Transformación de México en la hora de la historia.
[1] H. CÁMARA DE DIPUTADOS PRESUPUESTO DE EGRESOS AUTORIZADO 2021. http: tinyurl.com/1hx74laf
[2] Ley Federal de Austeridad Republicana. DOF 10-11-2019 http: tinyurl.com/l9jrc5jl
[3] PRESUPUESTO DE EGRESOS DE LA FEDERACIÓN PARA EL EJERCICIO FISCAL 2021. http: tinyurl.com/dmm46udq
[4] Portal de Transparencia. Cámara de Diputados. http: tinyurl.com/2wblhafq