El programa lo puso en marcha la FAO y busca mejora la producción agrícola

Los suelos son el punto de partida de la alimentación y la agricultura. Sin embargo, si no están sanos, es decir, si no ofrecen nutrientes, agua y aire para que las plantas crezcan y se desarrollen, no se pueden cultivar los alimentos nutritivos que necesitamos para llevar una vida sana. A ello se le llama que los suelos están degradados, lo cual es un problema mundial.

En la actualidad, aproximadamente una tercera parte de los suelos del planeta están degradados y la situación seguirá empeorando si no se toman medidas.

La situación en México es más crítica, ya que al menos la mitad de los suelos están degradados, y una de las principales causas son las prácticas agrícolas no sostenibles.

Para atender esta afectación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), puso en marcha el Programa mundial de doctores de los suelos, el cual se aplica en nueva países y donde 403 han obtenido su “certificación” y actualmente participan mil 475 agricultores, quienes

evalúan las condiciones y orientar a los agricultores para solucionar los problemas detectados.

Asesoran a agricultores mexicanos

A medida que más promotores y agricultores se unen al programa, el mundo hace avances cada vez mayores para asegurar la gestión sostenible de los suelos y mejorar, al mismo tiempo, los rendimientos agrícolas y los ingresos de los agricultores.

Para apoyar a México y hacer frente al uso intensivo de este recurso, el programa mundial sobre los suelos proporciona conocimientos a los agricultores para gestionar los suelos y la agricultura de manera sostenible.

El material educativo y los módulos de capacitación de este programa ayudan a los agricultores a mantenerse atentos y receptivos a la salud del suelo, un componente esencial de sus medios de vida.

El Programa mundial de doctores de los suelos, que ejecuta la FAO en el marco de la Alianza mundial sobre los suelos, ofrece un espacio para el aprendizaje, la interacción y el diálogo entre diferentes actores interesados en el uso apropiado y la conservación de los suelos.

Esta iniciativa, además de ofrecer un diagnóstico de la salud del suelo y de aplicar prácticas que evitan la degradación de este recurso, mejora la producción agrícola y, en consecuencia, aumenta la cantidad de productos nutritivos y los ingresos de los agricultores.

En colaboración con instituciones nacionales asociadas, servicios de extensión o instituciones académicas, que trabajan como promotores del programa, la FAO capacita y apoya a los agricultores locales a fin de que gestionen mejor sus suelos.

Capacitan a jóvenes

Los agricultores “campeones” que se inscriben y reciben capacitación mediante el programa obtienen una “certificación” como doctores del suelo, y enseñan esas prácticas a otras personas, ayudando a sus comunidades a salvaguardar este recurso esencial.

Los doctores de los suelos participan en el plano mundial; en México, José Luis Camacho Flores, es uno de los agricultores que se encuentra en el programa a fin de aprender acerca de la importancia de las prácticas de gestión sostenible de los suelos para su producción agrícola.

Camacho Flores explica que aprendieron cómo usar herramientas sencillas para evaluar la condición del suelo. Este enfoque práctico puede transmitirse fácilmente de agricultor a agricultor, lo que mejora la adopción en una escala más amplia.

“El programa resulta exitoso debido a que se basa en que los agricultores capaciten a colegas de culturas y orígenes similares, lo que permite lograr una mayor aceptación y confianza en el proceso”, detalló.

José Luis y muchos otros doctores del suelo ahora se consideran responsables de difundir información sobre la gestión sostenible de los suelos en sus comunidades locales, especialmente entre los agricultores jóvenes, quienes quizás no se habían interesado antes por los suelos, pueden ver las aplicaciones prácticas de la gestión del suelo y participar más activamente en su protección.

Esperan reducir malnutrición en suelos

En Ouahigouya, un pueblo situado en el nordeste de Burkina Faso, Moussa Ouedraogo explota una granja de hortalizas con tres trabajadores. Cultiva tomates, papas y judías verdes, rotando los cultivos con maíz y legumbres.

En los últimos años, notó que el suelo responde de diferentes maneras según el tratamiento. “Anteriormente, no era necesario que aplicáramos fertilizantes para producir, al contrario, los suelos eran más fértiles porque usaban como protección cobertura de materia orgánica, compuesta por residuos de cosecha y gramíneas”, indicó.

A fin de mantener la capacidad del suelo de producir hortalizas de alta calidad y nutritivas, tuvieron que encontrar una nueva forma de proteger la fertilidad del suelo y lo hicieron a través del programa, Moussa, que consiste en rotar los cultivos y plantar legumbres.

Del otro lado del mundo, otro doctor del suelo aplica los conocimientos y métodos del programa en su explotación agrícola. Faruk Bhuiyan cultiva arroz en Chandina, en el distrito de Cumilla (Bangladesh).

Explica que los métodos agrícolas antiguos ocasionaron el agotamiento de nutrientes en el suelo y redujeron la calidad nutricional de los alimentos. Sin embargo, con la asistencia que brinda el Programa mundial de doctores de los suelos, está aplicando métodos mejorados de cultivo, como la pulverización de micronutrientes, para complementar los planes de fertilización convencionales, y está aprendiendo acerca de la gestión de los nutrientes.

Faruk espera que, en el futuro, los suelos sanos reduzcan la malnutrición y que, mediante mejores prácticas de gestión de nutrientes y gestión del suelo, puede contribuir a proporcionar alimentos saludables y nutritivos a la comunidad.

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