A partir de enero de 2024 entrará en vigor el decreto presidencial que prohíbe la importación de maíz genéticamente modificado a México, por ello, la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (Canami) pide una prórroga a las autoridades.

A decir de la industria se requiere de una estrategia de corto y mediano plazo, la cual puede llevar hasta 15 años, para que México logre aumentar la producción de maíz, pues se requiere de una planeación y desarrollo de semillas hibridas acorde a la zona geográfica del país, que puede tomar entre cinco y siete años.

Refirió que como el decreto marca que será en 2024, las dependencias de Economía y Agricultura ven lejano el plazo, por lo que pedimos extender el plazo de la entrada en vigor, detalló la Cámara.


“Al entrar en vigor el decreto en 2024 habría un efecto catastrófico, ya que lo que se produce en el país es insuficiente para atender la demanda nacional, por ello se importan alrededor de 18 millones de toneladas de maíz amarillo”, señaló Marcela Pichardo, presidenta de la Cámara.

Desabasto afectaría a 60 industrias

Destacó que la escasez del grano puede tener repercusiones en el mercado interno y afectar a más de 60 sectores industriales que dependen del maíz como son los sectores de alimentos y bebidas, así como el farmacéutico y de nutrición animal, además del cuidado personal, por lo que se considera necesario realiza alianzas públicas y privadas para no llegar a tener altas afectaciones.

La cámara advierte que cerrar las importaciones de maíz provocaría un efecto inflacionario adicional al actual y provocaría incrementos en el precio de la tortilla, afectando a la población.

Ante este escenario, la Canami en coordinación con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz Y Trigo (CIMMYT) suscribieron un convenio marco de cooperación interinstitucional para impulsar la producción del grano en la región del sur-sureste del país y así aumentar el rendimiento por hectárea de 2.5 a 3 toneladas.

Buscan aumentar en 30% rendimiento

Mediante este acuerdo se proporcionará a los productores soluciones tecnológicas para que obtengan aumenten el rendimiento de la cosecha hasta en 30 por ciento, e igual porcentaje de utilidades, dio a conocer Bram Govaerts, director general del CIMMYT.

“El reto es grande, pero trabajamos en un ambicioso programa para ampliar la capacidad de producción de semilla, con paquetes tecnológicos adecuados, así como sistemas para incrementar la capacidad de almacenaje. Sin embargo, es necesario impulsar temas de infraestructura adecuada para almacenar y trasladar el grano con mayor facilidad, además de que se capacite a los productores”, agregó Martínez.

En México, las necesidades de maíz son de 45 millones de toneladas, de las cuales se producen 27 millones de toneladas, los restantes 18 se importan, agregó la presidenta de la Cámara.

Actualmente, México enfrenta déficit de maíz amarillo, ya que alrededor de 73.2% de la oferta nacional se cubre con importaciones y, para este año, podrían alcanzar 18 millones de toneladas, nivel similar al de 2021, de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

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