“La realidad existe porque el deseo es una linterna que ilumina el camino donde están todas las cosas con las que vas a tropezar”.
LA REBELDÍA DE PENSAR, Óscar de la Borbolla
Aida Flores
@missrespetos
¿Todavía queda en ustedes algún eco de esa voz que grita que la vida es más que la interminable repetición de trabajar y consumir? ¿Últimamente se han sentido invadidos por ese adormecimiento que causa el estar demasiado adaptados al sistema? ¿Aún les queda una pizca de rebeldía en la sangre que los haga revolcarse al ver el estado de las cosas en el mundo? ¿Después de lidiar con el tráfico y las facturas por pagar, les quedan ganas de hacer algo más que postear su inconformidad en Facebook? ¿Se han preguntado últimamente alguna de esas cuestiones que hacen temblar los propios cimientos como quién soy? ¿Hay algún vacío por ahí, chingando quedito, de esos que no se llenan con compras, ni comida, ni con amor, ni con likes, ni con nada?
Pues entonces esto les va a caer como la chispa incendiaria que necesitan para hacer una revolución en su cerebro, queridos lectores de Reporte 32 MX, porque en esta ocasión platicamos con el escritor y filósofo Oscar de la Borbolla, quien ha recorrido todo el país los últimos meses, llamándonos a todos a sublevarnos y armar una revolución: ¡la de usar las neuronas! … A sólo pocas semanas de su reimpresión, su ácido libro “La Rebeldía de Pensar” está prácticamente agotado. En un país donde, como rezaba el famoso espectacular de Gandhi “nadien lee”, donde la filosofía está a punto de ser abolida de cualquier programa de estudios y sucumbe en las librerías ante la lamentable literatura de autoayuda, el carismático Oscar se anota un éxito literario verdaderamente único.
Acompáñennos para decodificar este fenómeno llamado “La Rebeldía de Pensar” junto con su autor:
Oscar, ¿Por qué dices que pensar es un acto de rebeldía?
Porque cuando uno piensa se aparta de la masa de la que formaba parte. Pone en duda el dogma del grupo, la creencia fundante. Todos tienen una creencia fundante. Los que están juntos es porque algo tienen en común. Tú no te llevas más que con las personas que te son simpáticas, que te son afines… no te llevas con un racista, no, te llevas con alguien que más o menos concuerda con tu manera de pensar. Cuando pasa el tiempo, volteas y estás rodeado de espejos, todos dicen lo mismo que tú, cuando está uno ahí, se instala en la comodidad de pensar que lo que uno cree es lo correcto, entonces ya no se revisa, no se piensa. Cuando se revisa ese dogma fundante, normalmente se descubre que es una idiotez, entonces uno se aparta y en ese acto de disidencia está la rebeldía.
¿Qué riesgos corre quien piensa?
Se queda solo… se pone triste… cuando uno piensa qué significa esta vida, lo primero que descubre es que no es una vida grata, cuando la revisas en todas sus partes. Y luego no es siempre grata y aparte se acaba… el fondo del pensamiento es descubrir tu propia muerte, el pensar te encara con el hecho de tu mortalidad, de tu finitud, eso es una cosa que deprime… hagas lo que hagas no vas a salir vivo, hagas lo que hagas no va a tener gran trascendencia, porque aunque puedas pasar a la historia, la historia no pasa a la eternidad, todos nuestros brincos aquí, están emplazados a una fecha de caducidad y vencimiento absoluto… creo que le quedan 5 mil millones de años de combustible al Sol.
El Sol es una máquina que transforma el hidrógeno en helio. Como está muy denso, los átomos de hidrógeno se apachurran y se compactan y hacen un átomo de helio y eso produce una fusión nuclear que es lo que nos irradia toda la energía, ¡pero se le va acabar!, un buen día ya no va a tener hidrógeno que apachurrar. Los que saben de esto calculan que son 5 mil millones de años. De esa fecha no pasamos. Si no es que antes sucede un cambio en nuestra genética, un día de estos van a empezar a nacer niños sin apéndice, porque ya no tenemos por qué ser rumiantes, cocinamos los alimentos. Nuestra propia constitución, como forma parte de la vida y la vida es totalmente plástica y está cambiando constantemente, vamos a ir también nosotros mutando y no creo que a los del año 8050 les importe un carajo lo que cualquiera de nosotros haya hecho en el 21…
Pensar te enfrenta con que las cosas se acaban, con que tú te acabas, y te decía que también tiene su contraparte, cuando uno se queda solo, se da cuenta de que antes no estabas acompañado, sino que formabas parte de una masa compacta en la que no había diferencia. El chiste es estar acompañado de alguien que aunque no piense como tú, también piense y entonces en ese engranaje de dos distintos, que son individuos ambos, individuos porque han conquistado su individualidad pensando, se da una relación propiamente humana. Y cuando te das cuenta, por el otro lado, de que te vas a acabar, que todo se va a acabar, si adelantas un paso más, comprendes que se va a acabar porque antes existió, y entonces recuperas la existencia como un acto milagroso que te aconteció a ti quién sabe por qué. No importa que no dure para siempre, no importa que tenga sentido, que dios exista y me vaya a premiar, aunque todo se acabe este instante valió la pena porque estuve.
Por el contrario, ¿Qué riesgos corre alguien que no piensa?
¡Ah esos son peores todavía! El que no piensa, piensa lo que los demás le hacen pensar, el que no piensa cree en lo que los otros dicen, entonces su vida se va haciendo con una dirección que no es decidida por él y un día se da cuenta de que toda su vida ha sido la marioneta de un gusto y un deseo ajeno. Si nos inoculan nuestros propósitos, nuestros, deseos, nuestros afanes, nuestras metas, si todo nos lo dieron y lo llevamos adelante, somos simplemente los ejecutantes de una partitura no hecha por nosotros.
El que no piensa corre el riesgo de que toda su vida lo manipulen. Como además los pensamientos predominantes, que son los del capitalismo, nos condenan a buscar el éxito despiadadamente, nos condenan, salvo a uno, a todos los demás al fracaso y a la frustración porque la estructura del capitalismo es que uno es el primero y nada más uno cabe en la punta, todos los demás estamos en la parte espesa, lamentándonos no haber logrado lo que quisimos ser, no haber llegado a ser el máximo de los ejemplares de tu especie. Por adoptar ese tipo de creencias terminamos haciendo de nuestra vida algo muy infeliz.
Valdría la pena revisar si de verdad lo único valioso es dedicarse a hacer dinero o a perseguir el éxito, o dedicarse a ser el primero en lo que uno haga. La gente con muy buena intención le dice a sus hijos, “mira, puedes ser barrendero, pero sé el mejor barrendero”, la pregunta es ¿por qué carajos el mejor barrendero? ¿por qué no compaginarlo con ratos de ocio o disfrute?
Ahora que hablabas de deseo, ¿Qué tiene que ver el deseo con el pensamiento?
Uy ¡muchísimo! Para que haya pensamiento tiene que haber un problema. Si no, no hay la motivación suficiente para que tú ordenes todos los elementos que tienes en la conciencia para encontrar la solución. Y solamente hay problema cuando quieres algo. Si tú no quieres conocer, ningún problema del conocimiento te afecta. Si tú no quieres atravesar una pared, vale gorro la dureza que la pared tenga. Ahí sí soy totalmente Schopenhaueriano: la realidad existe porque el deseo es una linterna que ilumina el camino donde están todas las cosas con las que vas a tropezar. El deseo te condena a un destino. Por eso Cioran, que es Schopenhaueriano, porque en el fondo son todos ellos budistas, dice: “si pudiera abstenerme de desear, inmediatamente estaría a salvo del destino”. Para pensar hay que tener un problema, se tienen problemas sólo cuando se desea. Los muertos, los satisfechos y los desilusionados totales, ni desean ni tienen problemas, están ya muertos.
¿Cómo puede darse cuenta alguien de que es parte del rebaño que no piensa?
Podría haber una sospecha… partamos de una hipótesis: si estoy a gusto y estoy bien, a lo mejor las ideas que me han traído aquí son las correctas. Si yo me siento insatisfecho, frustrado y mal, a lo mejor las ideas no son las correctas. Es mi malestar el que me puede invitar a revisar los ideales que tengo, el ideario que tengo. Cuando me siento mal seguramente no he pensado y justamente ese malestar es el que hace que empiece a pensar.
¿Por dónde le recomiendas comenzar a alguien que ha decidido rebelarse y pensar?
¿Por dónde puede alguien empezar a pensar? Si ya tiene esa preocupación se va a encontrar mi libro en las librerías, se van a encontrar también “Qué es Pensar” de Heidegger, les aseguro que está más difícil el de Heidegger…
¿Cómo darse cuenta de que uno empezó a pensar?
Una posibilidad es que empieces a tener problemas con los demás, que empieces a darte cuenta de que ya no puedes comulgar con los otros porque están mal, te consta que están mal y los ves avanzar como idiotas al precipicio y sabes que van al precipicio. Ahí ya te distinguiste porque viste las cosas de otro ángulo.
Si logras ser un adolescente después de los 30, es muy probable que lo hayas logrado. Porque en la adolescencia cuestionas todo, hasta si el partido dominante es el partido que vale la pena o no… pero es un pensamiento muy auxiliado por las hormonas, por el desajuste de la adolescencia… quien pasada esa etapa entra al redil y vuelve a uniformarse y agarra su cauce ya valió, pero si se mantiene uno adolescente después de los 30 años, ya puede uno tener la garantía de que sí se piensa. Cuando son más jóvenes yo sospecho de ellos, en venganza de lo que decían en el 68 de que no se podía confiar en nadie mayor de 30 años, yo no puedo confiar en nadie menor de 30.
Tu invitación a pensar, así, abierta a todo el mundo, me transmite un cierto optimismo de que tu mensaje sea recibido, ¿tienes fe en la humanidad?
¡Por supuesto que no!, mira, yo lanzo mi botella al mar y en este caso gracias al apoyo del Fondo de Cultura lanzo 3 mil botellas al mar, muchas de ellas van a ir a estrellarse contra un arrecife, es decir van a ir a colocarse en el librero de muchos que compran libros y no leen, muchos de ellos van a desembocar en manos de alguien que sabe chino pero no español y cuando lo lea no va a entender nada. Aunque parece un envío masivo, dudo de la eficacia de cada ejemplar, y luego si comparo 3 mil con 120 millones de mexicanos y 7500 millones de seres humanos en el planeta, realmente el impacto que pueda provocar por muy optimista que sea, me da auto-risa.
Hablando de pensar, ¿quién es tu filósofo favorito y por qué?
Aunque parezca un absurdo, en primer lugar pensé en Cioran y luego en Nietzsche, y luego en Schopenhauer, pero viéndolo bien, bien, bien, bien, mi filósofo favorito es Platón, es el que realmente me ha enseñado a pensar, porque él define el pensamiento como el diálogo silencioso del alma consigo misma, es una definición que aparece en el Fedón, pero hay muchos diálogos de Platón, el Alcibíades, por ejemplo, el Menón, que no llegan a nada, estar discutiendo una cosa y la otra y el pro y el contra y finalmente no concluyen, y en esa ida y venida de los pensamientos, el desdoblamiento que Platón hace al darle realidad argumentativa a cada uno de sus personajes en el diálogo, me ha dado una lección maravillosa, entonces le debo una buena parte de mi facultad de pensar. Ahora, el que me resulta muy simpático y leo con gran alegría es a Voltaire, es un humorista, encontró que la risa es la reducción al absurdo más eficaz de todas…
¿Cómo te convertiste en escritor?
Por declinación necesaria. Empecé a leer por ósmosis, mi madre me llevaba al kínder, ella daba clases en primaria y me dejó ahí desde que nací hasta que entré a la primaria, pero aprendí a leer como a los 4 años, lo sé porque armaron un gran escándalo en un camión un día que venía yo leyendo los letreros publicitarios, dijeron “¿a poco lee?” y era una pulguita muy pequeña… mi madre se enfermó cuando tenía yo 5 años, me pasaba las tardes leyéndole, en mi casa había pocos libros, se acabó el material para entretenerla y entonces empecé a contar historias yo, por necesidad de rellenar unas tardes larguísimas, por ociosidad, primero leí y luego imaginé. Ya para la secundaria me había vuelto un profesional, hacía acrósticos a la hora del recreo y me pagaban por eso. Era un Cioran Marca Libre, mis compañeros enamoraban a las escuinclas con mis poemas y a veces me pagaban con una méndiga torta… ¡y ellos se quedaban con la torta, la de a deveras! jajajajajaja
¿Cuál de tus libros es tu favorito?
El libro que más me gusta, el que me regocija, es Asalto al Infierno, es el momento más alto de las ucronías cuando yo tenía ya más o menos dominado el género este del falsear y tenía muy bien caracterizado al personaje que en todos los casos era yo mismo, nada más que en las ucronías no aparecía con mi nombre, era un reportero que estaba detrás de la noticia. En Asalto… me volvía el protagonista y aparezco con mi nombre y con mis relaciones afectivas reales, entonces novelicé a todo mundo y me eché las aventuras más divertidas que pude imaginar… me hice enterrar vivo para atrapar a una banda de traficantes de órganos humanos, me encontré a la genio de la lámpara maravillosa… todos esos cuentos son muy alegres, (salvo uno que es tras las bambalinas del manicomio en el que me interno para hacer un reportaje del manicomio por adentro y me aplican los electroshocks y ahí no la paso bien), todos son muy chistosos.. ese es mi libro favorito, cuando lo hice me divertí mucho y cundo lo leo me divierto mucho. No me arrepiento ni de una sola frase.
¿Has sido feliz?
¡Muchas veces!
¡Entonces vale la pena pensar!
¡Sí, claro que vale pena pensar!, es más he sido tan feliz que me parecía insoportable que el pensamiento pareciera excluir a la felicidad, por eso en el último capítulo busco una reconciliación.
El próximo 8 de septiembre recibirás un homenaje en Bellas Artes ¿Cómo te sientes al respecto?
Pues me siento mas o menos incómodo, raro y contento y feliz, tengo todos los sentimientos encontrados, porque cuando yo quería los reconocimientos institucionales no me los dieron, y me pasó lo que a la zorra de la fábula de Esopo, dije “malditas uvas están verdes y malditos reconocimientos oficiales están podridos todos”, y sigo estando convencido de eso… y no me gustan las cosas formales y solemnes y esto me va a obligar a hacer un alto en el camino y hacer un balance, me choca hacer balances porque me obliga a encontrar pérdidas… además coincide con que cumplo 70 años lo cual ya deja de ser gracioso y en fin, tengo sentimientos encontrados.
¡Es una gran manera de festejar un cumpleaños!
Pues sí, hace 70 años estaba chillando y todavía hasta los 8 años me decían que no iba a hacer nada en la vida más que vender chicles en la esquina, ya se murió la que me lo decía, que era la maldita de mi abuela, pero ese fue el consenso familiar siempre. Hasta me terminaron convenciendo y ahora me van a hacer un homenaje nacional ¡qué padre!