México ocupa el segundo lugar en obesidad a nivel mundial en adultos y el primer lugar en obesidad infantil. Paradójicamente nuestro país afronta los problemas de obesidad y también de desnutrición. Esta situación nos ha colocado en un escenario de alta vulnerabilidad ante la pandemia Covid-19 y de mantenerse la tendencia significará cada vez mayores amenazas para la salud pública y nuevas enfermedades virales.

El sobrepeso y la obesidad son padecimientos que se originan en una alimentación deficiente, por lo general basada en la saturación de grasas, azucares y alimentos procesados; son factores que se relacionan con la genética, trastornos psicológicos, sociales y metabólicos; y que incrementan el riesgo de desarrollar comorbilidades como: hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, así como algunas neoplasias en mama, endometrio, colon, próstata, entre otros padecimientos.

Un paso esencial para la prevención de los problemas derivados de la mala alimentación, será que en el nuevo ciclo escolar 2020-2021 la SEP impartirá la materia Vida Saludable en el nivel de educación básica, en la que se enseñarán contenidos para la sana alimentación y el desarrollo de hábitos nutricionales saludables.

Asimismo es otro gran avance la aprobación de medidas desde legislaciones locales (en Oaxaca y Tabasco hasta el momento) en materia de salud pública, para prohibir la venta, distribución, donación, dádiva y suministro de bebidas azucaradas pre-envasadas, azucaradas carbonatadas, golosinas y alimentos preparados con predominio de carbohidratos refinados y grasas vegetales en su forma sólida que contengan ácidos grasos hidrogenados a menores de edad, así como su consumo en centros médicos y educativos. Siendo estos hechos concretos de la definición de un nuevo modelo de salud preventiva en los aspectos nutricionales desde la 4ª T.

No obstante, el cambio cultural y social debe darse de manera integral, transversal, y tendiente a la universalidad de las políticas y programas, en el marco de una gran reforma legislativa y la construcción de verdaderas políticas públicas. Es fundamental el involucramiento de toda la sociedad para revertir la vulnerabilidad institucional y social ante los problemas de la obesidad y la desnutrición. Este es un reto social y cultural mayor para la 4ª transformación de México.

A continuación exponemos los puntos más relevantes de una propuesta para el diseño, implementación y evaluación de la política pública en materia de nutrición desde el enfoque de educación para la vida.

  1. Línea basal con indicadores antropométricos (Censo Universal de Peso -Talla).

El Censo de Peso- Talla se realizará con el fin de obtener información sobre el comportamiento epidemiológico de enfermedades relacionadas con la nutrición en diferentes grupos etarios, sociales, culturales y económicos, y por ende para la toma de decisiones.

Recopilará, evaluará y analizará los datos correspondientes a la totalidad de la población, generando indicadores necesarios para el fortalecimiento del sistema de salud, implementando correctamente estrategias de vigilancia, prevención y de tratamiento sostenidas, así como  planes  con  visión de largo plazo.

El peso y talla arrojan información temprana y de calidad que permite hacer una detección de trastornos nutricionales y de esta manera poder prevenir las secuelas que estas producen, principalmente en la población infantil. El peso para la talla en este grupo de edad distingue la consunción (desnutrición aguda) de la atrofia (desnutrición crónica).

Con estos indicadores se puede obtener el Índice de Masa Corporal (IMC), que permite hacer un diagnóstico nutricional del individuo, pues el resultado es la relación de la masa en función con la estatura. Es importante contar con personal perfectamente capacitado/estandarizado y con las herramientas necesarias para realizar estas medidas antropométricas.

Para el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad, los profesionales de la salud deberán considerar los puntos de corte de los indicadores antropométricos referidos en el Apéndice A Informativo de la NORMA Oficial Mexicana NOM-008-SSA3-20171.

La antropometría es un indicador objetivo que ayuda a cuantificar las variaciones en las dimensiones físicas y en la composición del cuerpo humano en diferentes grupos de edad y con distintos grados de nutrición.

Así, el Censo Universal proveería  información  a  nivel  nacional, estatal y municipal que no podría ser obtenida a través de encuestas, para la construcción de políticas universales y/o focalizadas.

  • Comité o Consejo Ciudadano de Nutrición.

El centro de nuestra propuesta es involucrar activa y permanentemente a los actores sociales y comunitarios, en un movimiento por la Educación en Nutrición y para la Vida, que despliegue iniciativas regionales, locales y comunitarias para la prevención del sobrepeso, la obesidad y la desnutrición de la población. Que colabore operativamente en la realización del censo de peso y talla, ayude en la supervisión y en la medición de su impacto, se coordine para tales fines con las autoridades sanitarias y educativas rectoras de las políticas y programas de atención y prevención, entre otras acciones.

  • Campaña activa desde núcleos familiares.

Una red comunitaria esencial para la activación de la propuesta son las mesas directivas de madres y padres de familia, o integrantes del Comité Escolar de Administración Participativa que hagan suyos los objetivos de construir hábitos alimenticios saludables; compartan estrategias focalizadas de acuerdo a sus condiciones locales; y difundan a través de periódicos, comics, redes sociales, radios comunitarias, etc., información veraz para la atención del problema.

  • Observatorio de la Nutrición y la seguridad alimentaria

Es pertinente diseñar una plataforma de información que facilite la gestión para fortalecer las capacidades, la toma de decisiones y la generación de políticas públicas, en los sectores involucrados para atender los problemas de la nutrición. A su vez, conformar un sistema de información y seguimiento en materia de nutrición y seguridad alimentaria incluso individualizado, a través de recopilar, procesar, almacenar, actualizar y difundir información cualitativa y cuantitativa relevante utilizando tecnologías informáticas de vanguardia.

En la historia reciente, no había existido un momento tan favorable para transformar los paradigmas de la alimentación incluso a nivel mundial; la necesidad de la educación en nutrición desde la perspectiva de educar para tomar mejores decisiones en la vida al respecto de los hábitos alimenticios; la evidencia clínica que problemas como la obesidad resultan en enfermedades crónico degenerativas que implican una gran fragilidad de las personas que las sufren ante la aparición de enfermedades más agresivas o pandemias; la necesidad de alejar a la infancia de los denominados productos chatarra que implican la primera llave a una serie de trastornos alimenticios generados por las características de sus ingredientes; entre otros temas aledaños los problemas nutricionales que se han puesto sobre la mesa a la luz de la emergencia sanitaria, cuyas repercusiones en materia de salud, economía y convivencia apenas emergen luego de casi seis meses de impacto, nos remiten a repensar lo que no estamos haciendo bien como sociedad,  e iniciar juntos caminos diferentes.