Por Alejandro Durán

Hasta 11 años podría implicar que la economía mexicana recupera los niveles de producción reportados antes de la crisis económica por la pandemia.

Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, advierte que ante la falta de una estrategia fiscal para impulsar la reactivación productiva es factible prever que la recuperación será de tipo “L” o de palomita, es decir, tras drástica caída de la economía, el proceso de reacción será lento, con sensibles estragos estructurales para la economía del país, a diferencia de una recuperación de tipo “V”, en donde la caída y repunte son expeditos.

“Para el caso de México se espera una recuperación en L, debido a la ausencia de política fiscal expansiva, con lo vual la recuperación completa del Producto Interno Bruto (PIB), bajo un escenario optimista podría tomar al menos cuatro años y bajo un escenario central (prudente), tomaría entre seis y 11 años”, advirtió la especialista.

La especialista explicó que la recuperación de tipo “L” implica una “recesión fuerte” con una recuperación lenta, en donde, el PIB y su crecimiento, no regresan a los niveles anteriores hasta después de un período prolongado de tiempo.

“Bajo una recesión-recuperación en “L” (también llamado palomita) se corre el riesgo de que se dé un cambio estructural en la economía con un PIB más bajo y crecimientos promedio menores a los que se tenían antes de la crisis, con lo que se vuelve interminable el tiempo de la recuperación”, comentó.

Por ello, de acuerdo con estimaciones de analistas consultados por el Banco de México (BANXICO), las estimaciones respecto al desempeño de la economía en este 2020 apuntan a una contracción de poco más de 10 por ciento a tasa anual, con una pérdida de más de un millón 100 mil empleos.

 

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