Por Alejandro Durán

La crisis sanitaria y económica provocó que 740 mil estudiantes de entre tres y 29 años de edad hayan abandonado sus estudios en el ciclo escolar 2019-2020 y para el presente ciclo no es inscribieron 5.2 millones, reveló el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

De esta manera, para dimensionar el impacto del COVID19 en la educación en México, resulta que los estudiantes de entre tres y 29 años de edad que abandonaron el colegio en el ciclo escolar pasado representó el 2.2 por ciento del total, y las que ya no es escribieron para el presente periodo equivalen a 9.6 por ciento.

Inscripción y deserción escolar

De los 54.3 millones de personas de 3 a 29 años, 62 por ciento (33.6 millones) estuvo inscrita en el ciclo escolar 2019-2020. De estas, se estima que 2.2 por ciento (738.4 mil personas) no concluyeron el ciclo escolar 2019-2020 y más de la mitad (58.9 por ciento) señaló directamente que fue por un motivo relacionado a la COVID-19.

Para el ciclo escolar 2020-2021 la población inscrita es de 32.9 millones (60.6% del total de 3 a 29 años). De estos, 30.4 millones (92 por ciento) son población que también estuvo inscrita en el ciclo escolar pasado (2019-2020) y 2.5 millones (ocho por ciento) son inscritos que no participaron en el sistema educativo en el ciclo escolar 2019-2020.

El INEGI agregó que 2.3 millones de personas entre 3 y 29 años no están inscritas en el ciclo escolar vigente (2020-2021) por motivos asociados directamente a la pandemia por la COVID-19 y 2.9 millones, por falta de dinero o recursos.

El alumnado entre 3 y 29 años que sí estuvo inscrito en el ciclo escolar 2019-2020 pero que no continuó o desertó del sistema educativo en el ciclo 2020-2021 debido a la pandemia por la COVID-19 o debido a la falta de recursos económicos fue de 1.8 millones; la mayoría fue de escuelas públicas con 1.5 millones en comparación con 243 mil de escuelas privadas.

Características de las clases a distancia

Por nivel de escolaridad, 55.7 por ciento de la población de educación superior usó de la computadora portátil como herramienta para recibir clases, mientras que 70.2 por ciento de los alumnos de primaria utilizó un celular inteligente.

En 28.6 por ciento de las viviendas con población de 3 a 29 años inscrita se hizo un gasto adicional para comprar teléfonos inteligentes, en 26.4 por ciento para contratar servicio de internet fijo y en 20.9 por ciento para adquirir mobiliario como sillas, mesas, escritorios o adecuar espacio para el estudio.

En 56.4 por ciento de las viviendas piensan que el beneficio de las clases a distancia es no poner en riesgo la salud de los alumnos, seguida de las ventajas que propicia la convivencia familiar con un 22.3 por ciento y del ahorro de dinero en gastos diversos como pasajes y materiales escolares con 19.4 por ciento.

Sobre las principales desventajas, 58.3 por ciento opinan que no se aprende o se aprende menos que de manera presencial, seguida de la falta de seguimiento al aprendizaje de los alumnos (27.1 por ciento) y de la falta de capacidad técnica o habilidad pedagógica de padres o tutores para transmitir los conocimientos (23.9 por ciento).

Para todos los grupos de edad, más de la mitad de los estudiantes tiene mucha disponibilidad para asistir a clases presenciales una vez que el gobierno lo permita; el grupo de 13 a 18 años es el de mayor disponibilidad con 64.1 por ciento, seguido del grupo de 6 a 12 años con 60.7 por ciento.

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