Por Alejandro Durán

A pesar de que analistas financieros consultados por el Banco de México (BANXICO), revisaron al alza su expectativa de crecimiento para este año, al elevarla de 3.89 a 4.53 por ciento, lo cierto es que consideran que será necesario esperar hasta 2023 para recuperar apenas el saldo negativo acumulado de -8.2 por ciento reportado en los dos primeros años de la presente administración federal.

Y lo anterior, porque estiman que la economía mexicana podría crecer 2.68 por ciento en 20222 y 2.28 para el 2023, lo que, sumado a la expansión de 4.53 por ciento que esperan para este año, implicaría un crecimiento acumulado de 9.49 por ciento, lo que permitiría recupera lo perdido en 2019 y 2020 (-8.1 y -0.1 por ciento, respectivamente).

No obstante, aun y con el crecimiento esperado para este y los dos siguientes años, resulta conveniente advertir que la economía mexicana todavía no recuperaría lo que dejó de crecer en 2019 y 2020, es decir, adicional a la contracción que registró el Producto Interno Bruto (PIB), en esos dos años, se encuentra el aspecto relacionado a lo que se dejo de crecer, es decir, aunque la economía no crezca, hay aspectos que siguen en ascenso como la creciente e incesante demanda laboral que implica cada año los más de un millón de jóvenes que se incorporan al merado laboral, adicional a las empleos que se perdieron.

Por todo lo anterior, los analistas consultados por el banco central proyectan en los primeros cinco años de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador un crecimiento promedio anual de apenas 0.2 por ciento, es decir, casi un balance de nulo desarrollo. En otras palabras, se espera un sexenio casi perdido tan sólo en materia económica, derivado de los embates de la pandemia y la estrategia política, pues las cifras negativas comenzaron desde el año 2019 (antes de la emergencia sanitaria).

Previo al sexenio de López Obrador, la economía mexicana reportó un crecimiento promedio anual de dos por ciento.

Finalmente, los especialistas consideran que, a nivel general, los principales factores se asocian con las condiciones económicas internas (43 por ciento) y la gobernanza (42 por ciento). A nivel particular, los principales factores son: la debilidad en el mercado interno (21 por ciento de las respuestas); la incertidumbre política interna (19 por ciento de las respuestas); la incertidumbre sobre la situación económica interna (13 por ciento de las respuestas); los problemas de inseguridad pública (nueve por ciento de las respuestas); y otros problemas de falta de estado de derecho (ocho por ciento de las respuestas).

 

 

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