Por Daniela Colunga
( * ) Consultora en Imagen Pública
Mientras la cantidad de contagios y muertes que ha provocado el COVID-19, va en aumento y la pandemia aún no está controlada. En México, lejos de continuar con el confinamiento, se han reanudado las actividades con riesgos para la población que tiene que salir de casa con la necesidad de cumplir con sus obligaciones. Nos encontramos en tiempo difíciles.
En estas condiciones, el gobierno decidió iniciar la transición del semáforo rojo al semáforo naranja, es decir, de alerta máxima a riesgo alto, con el propósito de reactivar de manera gradual al sector empresarial para iniciar la recuperación económica tan necesaria en nuestro país.
¿Pero, por qué se decidió así? Porque la economía no puede seguir más tiempo parada. Activarla es una prioridad, porque las pérdidas han sido cuantiosas.
El estancamiento económico provoca desempleo y de acuerdo con las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, durante la pandemia, en el país se han perdido un millón 30 mil 366 empleos.
El escenario que pinta el Banco Mundial tampoco es favorable. Ha señalado que el mundo atravesará una crisis peor a la que se presentó después de la Segunda Guerra Mundial
Ante el caos que se avecina, una palabra estará muy presente en el mundo: Crisis.
Para la Real Academia Española, crisis tiene muchos significados. La mayoría son negativos, pero el que más se adapta con la nueva normalidad es el siguiente: situación mala o difícil.
En países como China, crisis se escribe con dos símbolos que forman uno. Estos dos símbolos representan dos palabras: riesgo y oportunidad.
Algunos pensarán que es algo irónico, para otros que es optimista, otros sólo ven el riesgo y a otros simplemente les es irrelevante.
Si se analiza objetivamente, en una crisis, hay cuatro situaciones que pueden determinar el camino a seguir después que se presenta, estas posibilidades son: mala, difícil, riesgosa o cambiante.
La primera posibilidad es negativa. Las tres siguientes tienen un rasgo positivo y otro negativo. Lo difícil no es imposible, aunque lo parezca. En lo riesgoso, vale la pena intentarlo y en lo cambiante, existe la oportunidad y el dinamismo. Se mantiene y evoluciona. ¿Tú cuál eliges?
Si me preguntarán a mi cuál elegiría, lo haría por ésta última. Esta crisis me da la oportunidad de darme tiempo de pensar, analizar y racionalizar mi vida, mi persona, mi contexto y trabajo. Qué es lo que hice bien y qué hice mal, y de qué manera lo realicé.
También identificar lo que me gusta y lo que no. De lo que me perdí. De lo que no viví. De lo que me callé y de lo que grité. De quién soy y hacia dónde voy. Y distinguir lo más valioso.
Es un tiempo importante para todos. Estamos viviendo una crisis que nos dejará grandes enseñanza para poner en pausa el tren y redirigirlo. Redirigirlo hacia dónde quieres llegar, quién quieres ser y qué quieres hacer. Así como tus metas, objetivos y sueños.
Todo esto no tiene que ver con clases sociales, religiones, colores o sabores, todos queremos lograr algo, o al menos sentirnos felices. Esta crisis sanitaria es una magnífica ocasión para renovarnos, para ser diferentes y mejores. Todo cambia y cualquier cambio es bueno. No desperdiciemos este hermoso tiempo.
Si perdiste tu empleo, puede ser que no era para ti o que no te hacia feliz, no te venzas, muy pronto saldrás adelante.
Las grandes, medianas y pequeñas empresas también necesitaban una pausa para reestructurarse. Esto no se puede confirmar con cifras, pero con mi experiencia en temas de percepción, sé perfectamente que depende de cada una de ellas, cambiar su destino.
Lo estamos viendo y lo vemos a cada instante. La propia naturaleza también necesitaba una pausa. Desde los grandes incendios forestales en el Amazonas de Brasil, y de Australia, ocasionados por el cambio climático y cuya responsabilidad absoluta es del ser humano.
Entonces, llega una pausa, estalla una crisis y todo se reconstruye. Hoy vemos ballenas en las playas de Acapulco, pumas en los jardines de Mérida, o animales que se creían extintos desde hace 30 años como la civeta en la India.
No todo está perdido. Como dijo un gran escritor: “Ve a los límites de tu anhelo. Deja que todo te suceda: la belleza y el terror. Sólo sigue adelante. Ningún sentimiento es definitivo” , Rainer Maria Rilke.
Reitero, no lo veas como crisis, velo como oportunidad.