El conjunto urbano Nonoalco-Tlatelolco fue calificado en los años 50 como una ciudad del futuro. Su historia está marcada por la tragedia
Al norte de la capital mexicana, existe un complejo habitacional muy famoso que ha pasado por varios hechos históricos, lo que hace que la zona sea muy importante. En este sucedieron hechos como la matanza de estudiantes en 1968, además de la caída de edificios durante el terremoto que se suscitó el 19 de septiembre de 1985. Se trata de Tlatelolco.
Fue a finales de los años 50´s cuando una nueva ciudad se levantaba en el norte de la capital. El conjunto urbano Nonoalco-Tlatelolco formaba parte del proyecto del reconocido arquitecto Mario Pani para la regeneración de los barrios que estaban ubicados entre la Avenida de los Insurgentes y la Calzada Zaragoza.
La primera etapa fue la única que se construyó, con casi 12,000 departamentos repartidos en 102 edificios, en una zona en la que anteriormente se encontraban los talleres y patios de maniobras del ferrocarril.
Fue el expresidente Adolfo López Mateos, que gobernó de 1958 a 1964, quien presidió la ceremonia de inauguración en la Plaza de las Tres Culturas, el 21 de noviembre de 1964. Poco después encabezó un recorrido por la unidad.
La Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco superó a sus antecesoras, pues hace medio siglo, en sus orígenes, lucía como una ciudad del futuro, además de que se consideró como un modelo a seguir para las viviendas capitalinas.
Al poniente de Tlatelolco sobresale aún la figura de la Torre Insignia, la cual, por varios años fue sede del Banco Banobras. La aguda forma triangular de la Torre contrasta con el antiguo Templo de San Miguel Nonoalco, que se encuentra a un costado. En las fachadas laterales de la Torre Insignia aún se puede apreciar el mural Motivos Tlatelolcas de Carlos Mérida, y en la parte superior hay un carrillón que alberga 47 campanas, fabricado en Bélgica.
Al oriente se encuentran las ruinas del Templo Mayor y el recinto sagrado de Tlatelolco, que fue una ciudad prehispánica fundada al rededor de 1337, y famosa por la actividad comercial de su mercado. Esta fue el último reducto de los Mexicas durante la guerra de conquista, y luego de estar situada por más de 80 días, cayó en poder de los españoles el 13 de agosto de 1521, fecha señalada como la caída absoluta del imperio de Tenochtitlan.
En el mismo lugar se encontró el barrio de Santiago Tlatelolco, cuyo templo abrió sus puertas en 1610, y junto a él se levantó un convento que después albergaría al Colegio Imperial de la Santa Cruz, el cual, a inicios del siglo XX, funcionó como prisión militar.
De ahí se fugó el General Bernardo Reyes el 9 de febrero de 1913, al inicio de la decena trágica, evento en el que moriría el expresidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez. Actualmente, el recinto es el Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Muy cerca de este se encuentran los restos del Tecpan, sede del gobierno de Tlatelolco del siglo XVI hasta 1850. Años más tarde sería ocupado por la Escuela Industrial de Huérfanos, y posteriormente por la secundaria 16. Parte del inmueble se demolió para la ampliación del Paseo de la Reforma, y la fachada fue reconstruida en el ex convento. Hoy, en el interior, se puede apreciar el mural Cuauhtémoc contra el mito, de David Alfaro Siqueiros, trasladado a este lugar desde una casa en la calle de Sonora.
En la esquina con el Eje Central se encuentra un edificio construido por Pedro Ramírez Vásquez para alojar la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y el cual es sede del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCU) desde 2007. Antes, en este sitio se encontraba el Supremo Tribunal Militar.
La Plaza de las Tres Culturas representa la fusión de los distintos momentos que dieron origen al presente. Cruzando la explanada se encontró la Vocacional 7 del Instituto Politécnico Nacional (IPN), cuyo ambiente estudiantil fue reemplazado años después por un hospital del Seguro Social.
Dos importantes sucesos han marcado la historia de Tlatelolco, y permanecen en la memoria colectiva de los capitalinos. El primero de ellos fue el Movimiento Estudiantil de 1968, que vivió su episodio más funesto en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de aquel año, cuando el Ejército abrió fuego sobre una concentración popular, convocada por el Consejo Nacional de Huelga.
17 años más tarde, los sismos del 19 de septiembre de 1985, causaron el derrumbe de dos módulos del edificio Nuevo León, y con él, la pérdida de numerosas vidas. Otros 11 inmuebles de la zona resultaron con graves daños y fueron demolidos poco después.