La delantera de 21 años viene haciendo historia y ya es la que más dinero gana en su país. Cómo creció a la sombra de un basquetbolista de elite. En el último amistoso hizo dos goles, uno top, para ilusionar a todos. USA es el favorito y defiende el título

Pensar que Trinity Rodman estuvo a punto de no nacer. Al menos dos veces. En realidad, ni siquiera pudo haber sido procreada.

Era abril de 1993, casi de madrugada, cuando Dennis, por entonces el mejor defensor de la NBA, estuvo a punto de suicidarse. Intranquilo, atribulado, dolorido, sofocado, sintiéndose solo, salió del entrenamiento de los Pistons y en el mismísimo estacionamiento del estadio lo intentó ejecutar, luego de planearlo… Sentado en su camioneta de lujo, apoyó el arma en sus piernas y juntó coraje…”Ya había escrito una nota de despedida. Y, con el arma en la mano, me puse a pensar que todo lo que estaba pasando no tenía nada que ver con el básquet, sino con el amor que necesitaba. Pero, por alguna razón, antes de apretar el gatillo puse música”, contaría años después. Ahí fue cuando Pearl Jam hizo su aparición y le salvó la vida… “Escuché los temas ‘Even Flow’ y ‘Black’, me relajé y me quedé dormido. Lo próximo que recuerdo es estar rodeado de policías”, completó.

Por aquel entonces, Dennis estaba sufriendo. Había revivido aquella horrible sensación que había sentido durante casi toda su vida, salvo en aquellos siete años dorados con los Pistons. En Detroit había encontrado una familia y sido feliz, más allá de los triunfos y los títulos (89 y 90). Pero, de repente, todo se había terminado, en especial desde la partida, un año antes, de Chuck Daly, el mítico DT de los Chicos Malos, pero sobre todo un especie de padre sustituto que Rodman siempre había necesitado para encarrilarse y, sobre todo, sentirse querido.

Sin amor, desafíos ni motivaciones, la conflictuada estrella creyó que lo mejor era el suicidio. “Lo tenía decidido”, admitió John Salley, uno de sus compañeros más cercanos. “Yo sólo quería sentirme querido por alguien, porque directamente no sabía lo que era. Mi madre y mi padre nunca me quisieron. Así que cuando llegué a Detroit, me aceptaron como uno más. Pero, de repente, cuando dejamos de ganar, todo comenzó a desmoronarse y mucha de la gente que me quería, me abandonó. Estaba solo. No tenía a nadie. Y ya no quería seguir”, recordó. Fueron meses muy difíciles para el Gusano, de estar al borde de la muerte. Meses después, la escena se repitió, esta vez en un club de strippers llamado The Landing Strip, en Detroit. El propio jugador lo admitió cuando murió el periodista Craig Sager en 2016 y Rodman hizo un posteo por redes sociales agradeciendo que le salvara la vida durante aquella noche. Cuentan que, cuando Sager se lo cruzó en el segundo piso, Dennis tenía un arma en su mano y estaba listo para apretar el gatillo. “No tengo dudas de que lo iba a hacer. Pero le hablé y lo convencí de lo estúpido que era lo que iba a hacer”, admitió el periodista. Así pasó el momento.

Luego, tras un paso con vaivenes en San Antonio, llegaría su otra casa y su segunda salvación: los Bulls, Jordan y otra vez el sentirse valorado, acompañado. Dennis fue parte esencial de aquel segundo tricampeonato del equipo de Phil Jackson, su nuevo “padre”. Las formas del Maestro Zen y la autoridad de Jordan sirvieron como contención y Rodman volvió a mostrar su mejor cara, la de ese excepcional rebotero y brillante defensor que dejó una huella en la NBA. Una carrera que lo tuvo jugando hasta el 2000, a los 38 años. Fruto de su relación con Michelle Moyer, su tercer y última esposa que conoció en un pub de California en 1999, tuvo dos hijos, Dennis Rodman Jr y Trinity. Ambos deportistas interesantes, el primero juega en la Universidad de South Florida y en su última temporada será compañero de LeBron James, Bronnie, mientras que la chica es una figura del fútbol en USA, status que ratificó estos días anotando los dos goles del triunfo de su selección sobre Gales, el segundo un verdadero golazo que elevó su fama mundial. Por ella y por ser la hija de…

Michelle, actriz y modelo, ya tenía una hija -Teyana Lima- y 22 años cuando conoció a Dennis. La pareja primero tuvo a DJ Rodman, en abril del 2001, y luego a Trinity, se casó, justo el día de cumpleaños del Gusano, el 13 de mayo del 2003, en una ceremonia íntima en Newport Beach, California. Un año después, ella solicitó el divorcio, trámite que no avanzó hasta el 2012.

Sin embargo, la pareja resolvió sus problemas y finalmente permaneció junta hasta 2012, cuando se divorciaron oficialmente. La relación agregó dos hijos más al establo de Dennis. Ambos decidieron vivir en casas separadas y ella se dedicó, básicamente, a la crianza de ambos hijos, con el padre apareciendo sólo en contados momentos, aseguran.

Ya no era la época “loca” de Dennis, personaje que tuvo un largo historial de comportamiento controvertido, escandaloso y audaz, desde aquellos diversos cabellos teñidos hasta vestirse de mujer para la presentación de su libro pasando por sus relaciones famosas. La primera fue con Madonna, la Reina del Pop, con quien aseguró tener un acuerdo comercial para dejarla embarazada. “Si lo lograba me daría 20 millones de dólares”, contó Dennis años después. Los descontroles, como se pueden imaginar, fueron parte de su vida. Como cuando se casó con Carmen Electra, la famosa actriz de la serie Baywatch, en noviembre de 1998, en Las Vegas. Su agente aseguró que lo había hecho alcoholizado y pidió la nulidad de la boda. No fue necesario: ambos se separaron cuatro meses después. “Dennis era muy divertido y la relación estuvo muy buena cuando no llevamos bien. Luego ya fue la peor…”, admitió Electra.

Moyer fue su tercera esposa y con la que más estabilidad tuvo. Ella, pese a no tener tanta ayuda de Dennis, ni siquiera económicamente, porque Rodman tuvo largos años en bancarrota, por su vida y algunos malos negocios, se encargó de criar a los tres hijos con mucha dedicación y no sorprende que los tres hayan podido estudiar y perseguir sus sueños, lejos de los excesos. Los dos hijos de Dennis, DJ y Trinity, eligieron el camino de los deportes, sin dudas a partir de la genética heredada. Dennis fue un atleta de élite que, pese a los excesos y pocos cuidados, fue profesional por más de 20 años (1986 a 2006), siempre luchando contra internos más grandes y altos.

DJ es un alero de 1m98 que viene teniendo una carrera modesta en el nivel universitario. Promedió 3.9 puntos y 3.3 rebotes en sus tres temporadas en Washington State y ahora, hace dos meses, pidió el transfer para jugar en South California, justamente la facultad elegida por Bronny, el hijo de LeBron, para su paso por la NCAA. Trinity también se inició con el básquet, junto a su hermano, pero practicó varios deportes en la soleada California y de a poquito se decantó por el fútbol.

Trinidad, como la llama la comunidad latina, comenzó a jugar al fútbol organizado a los 10 años, en SoCal Blues y ganó cuatro campeonatos nacionales en la Elite Clubs National League, manteniendo una racha invicta de cinco años. Ella se comprometió a jugar fútbol universitario para la facultad de UCLA antes de cambiar de opinión y decidir seguir los pasos de su hermano mayor en Washington State. La pandemia frenó su planes y terminó haciéndose profesional antes de jugar en el ámbito universitario.

Para esa fecha ya había impactado en la escena internacional, primero al destacarse en el Mundial Sub-17 en 2018 y años después al anotar nueve goles en el Campeonato Concacaf Sub 20, llevando a USA al título, tras vencer 4-1 a México en la final. Gracias a estas actuaciones, fue convocada para la Selección Mayor de USA, en enero del 2022, enseguida se transformó en una parte importante para conseguir la clasificación al Mundial 2023 en el Premundial de la Concacaf.

Su fama nacional había comenzado con solo 20 años, cuando fue la más joven en ser drafteada (puesto N° 2) en la National Women Soccer League y al poco tiempo se convirtió en la jugadora mejor paga de la liga estadounidense de fútbol femenino, cuando firmó un contrato de 1.100.000 de dólares y cuatro años. La delantera de 1m78, que es físicamente un reflejo de la composición multicultural de Estados Unidos -raíces africanas del padre y ascendencia europea de su madre-, hizo su debut profesional en abril y se anotó en la red en ese primer partido.

Fue tan rápido su ascenso que este domingo, en el último amistoso del seleccionado previo al Mundial, disputado en San José, Trinity ingresó en el entretiempo y anotó los dos goles de la noche, a los 76 y 87 minutos, uno de ellos un golazo de afuera del área, para coronar el triunfo. A sus 21 años y 50 días de edad, la hija de Dennis se convirtió en la futbolista más joven en firmar un doblete con el equipo nacional.

“Claro que estoy orgullosa de mi apellido. Mi padre fue un atleta increíble y obtuve genes de él, pero me emociona llamarme así no sólo por ser la hija de Dennis, sino también de mi madre, un ser que me crió y de la cual siento que tengo su tenacidad y competitividad. Fue mi apoyo durante muchos años y ha sido gran parte de lo que soy hoy”, aseguró Trinity.

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