Red de corresponsales
Ginebra, Suiza. Al menos uno de cada seis jóvenes, principalmente mujeres, en el mundo ha dejado de trabajar desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19, reveló la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“La crisis de la COVID-19 está afectando a los jóvenes con mayor gravedad y rapidez que a cualquier otro grupo. Si no tomamos medidas inmediatas y significativas para mejorar su situación, el legado del virus podría acompañarnos durante décadas”, sostuvo un informe del organismo global.
El número estimado de empleos perdidos en el segundo trimestre permanece inalterado, en 305 millones.
De acuerdo a los datos manejados por la OIT, en el 2019, la tasa de desempleo juvenil del 13,6 por ciento, ya era más alta que la de cualquier otro grupo poblacional. Había alrededor de 267 millones de jóvenes (o uno de cada cinco a nivel mundial) que no trabajaban, ni seguían una educación o formación profesional.
Los jóvenes de entre 15 y 24 años que estaban empleados, además, tenían mayores probabilidades de estar en formas de trabajo que los hacía más vulnerables, como ocupaciones mal remuneradas, en el sector informal, o como trabajadores migrantes.
Pérdida de horas de trabajo
Este Observatorio de la OIT actualiza, además, la estimación de la disminución de las horas de trabajo en el primero y en el segundo trimestre de 2020, en comparación con el cuarto trimestre de 2019.
Se estima que se perdieron 4,8 por ciento de horas de trabajo durante el Trimestre 1 (equivalente a 135 millones de empleos a tiempo completo suponiendo un trabajo de 48 horas semanales). Esto representa una ligera revisión al alza de cerca de 7 millones de empleos desde la tercera y última edición del Observatorio.
Desde una perspectiva regional, las Américas (13.1 por ciento), y Europa y Asia Central (12.9 por ciento) presentan las mayores pérdidas de horas trabajadas en el Trimestre 2.