Por Francisco Romero
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se desmarcó del partido de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), al afirmar que no es el jefe de la organización, por lo que descartó definir si tiene candidato favorito para la renovación de la dirigencia del partido.
“No debo meterme en los asuntos internos de MORENA y no tengo candidata ni candidato favorito; por primera vez en mucho tiempo, el presidente no es un jefe de facción, sino del Estado”, afirmó el primer mandatario en su conferencia de prensa mañanera de este miércoles.
La elección de la presidencia y de la secretaría general de MORENA se llevará a cabo entre el 26 de septiembre y el dos de octubre, a través de una encuesta abierta que realizará el Instituto Nacional Electoral (INE), de para quienes se declaren militantes y simpatizando del partido. El cuatro de octubre se anunciará al ganador.
Respecto al proceso electoral para el siguiente año, López Obrador dejó en claro que está muy al pendiente para evitar y, en su caso, sancionar posibles uso de recursos públicos para compra o inducción del voto, sobre todo, enfatizó, a nivel estatal y municipal.
“No voy a dejar que voten los finados; la alteración de actas, que es una vergüenza, porque México se distinguía, desgraciadamente, por falta de democracia; alguna vez vino (Mario) Vargas Llosa y dijo que México es la dictadura perfecta, porque se respetaba la Constitución en la forma, pero se violaba en el fondo”, expuso.