Reporte32mx
Por Maricela Palacio García
La aparición del COVID-19 ha traído para los migrantes y desplazados centroamericanos que transitan por territorio nacional un nuevo estigma, ya que se les considera una fuente de contagio.
En un escenario en el que además de sufrir el acoso de policías y agentes del Instituto Nacional de Migración, enfrentan ahora el rechazo social, al ser percibidos como propagadores del SARS-CoV-2.
Jorge Mercado Mondragón, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se refirió al estado de alta vulnerabilidad de esta población que busca llegar a los Estados Unidos huyendo de la inseguridad o falta de oportunidades de sus lugares de origen.
El investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco de esta casa de estudios, advirtió que tanto los centroamericanos como los mexicanos que migran, padecen manifestaciones de xenofobia, discriminación y homofobia que violan sus derechos fundamentales, por lo que pidió al Estado, ofrecer condiciones adecuadas de higiene para disminuir la posibilidad de transmisión del COVID-19.
El gobierno mexicano debe prestar atención particular a las circunstancias de pobreza, vulnerabilidad social y falta de acceso a insumos que propician la movilidad forzosa de gente, un fenómeno que de acuerdo con el Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC) del Consejo Noruego para Refugiados, en 2018 registró una cifra global de 338 mil personas, agregó.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, un millón 133 mil oriundos de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tamaulipas y Guerrero, principalmente, debieron cambiar su residencia para protegerse de la delincuencia entre 2017 y 2018.
Detalló que los exiliados provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras buscan refugio en albergues ubicados en Tenosique, Tabasco; Tapachula, Chiapas; Coatzacoalcos, Veracruz; Ixtepec, Oaxaca; Laredo, Reynosa y Matamoros, Tamaulipas, y la Ciudad de México, pero esos lugares carecen de higiene y servicios médicos adecuados.
Debido a que estos lugares están sobrepoblados y no tienen agua, gel desinfectante, ni doctores, la insalubridad podría ser factor de propagación del nuevo coronavirus, en particular entre embarazadas y portadores de VIH, que pertenecen a los grupos de mayor riesgo.