Redacción

En México, las trabajadoras del hogar fueron de las primeras personas en ser despedidas o enviadas a sus casas sin goce de sueldo, dijo Marcela Azuela Gómez, coordinadora del Colectivo Hogar Justo Hogar.

Durante la mesa de diálogo ‘Trabajo informal y la crisis del Covid-19’, organizada por el Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México la activista explicó que los despidos de trabajadoras domésticas provocaron que, muchas de ellas jefas de familia o encargadas de cuidar a sus padres y madres, vivan una situación precaria que les dificulta sacar adelante a sus familias.

“Muchas de las trabajadoras del hogar corren el riesgo de contraer coronavirus por ser adultas mayores, tener enfermedades cardiovasculares o diabetes”, agregó Azuela en el diálogo que formó parte del seminario on line ‘El Derecho frente a la pandemia del COVID-19’.

Agregó que también está el caso de algunas trabajadoras del hogar que deseaban quedarse en casa para cuidar su salud, pero sus empleadores no se los permitieron para que permanecieran con ellos durante la cuarentena, durante la cual laboran más que antes, al tener que desinfectar y limpiar más cosas, hacerlo por más tiempo o más veces.

Ante esta situación, recordó que, incluso si viven en la casa de sus empleadores, la jornada laboral de las trabajadoras del hogar es máximo de ocho horas, otras ocho horas son para que descansen y las restantes ocho horas del día tienen el derecho de destinarlas a hacer lo que ellas quieran, incluso en estos tiempos de encierro.