La fuerza del movimiento democrático en Tabasco y los ecos logrados a nivel nacional tras los éxodos al centro del país, ya habían colocado a Andrés Manuel López Obrador como figura política nacional, pero en 1996 se dio el hecho que formalizó tal relevancia en la vida pública de México, al ser electo Presidente Nacional del PRD.

En abril de 1996 AMLO había iniciado su campaña a la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRD, donde contendió con el histórico dirigente Heberto Castillo y con la líder de una corriente Amalia García, fue electo por la militancia en un proceso democrático y tomó posesión del encargo partidista el 2 de agosto de 1996.  Logró el 73.9% de los votos en la contienda interna. “Los resultados son inequívocos. Del número oficial de boletas depositadas, extraídas y contabilizadas como válidas en las casillas de todo el país, 264 156 mil 565 son para Andrés Manuel”. (Avilés, 2012).

Del periodo de López Obrador como dirigente del sol azteca destaca que en las elecciones de 1997 el PRD se colocó como segunda fuerza en la Cámara de Diputados al ocupar 125 curules, ganó los comicios realizados en el Distrito Federal para elegir por primera vez y democráticamente al Jefe de Gobierno con el 48% de los votos a favor del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas, y se situó como mayoría en la Asamblea Legislativa del DF. En ese mismo periodo el PRD obtuvo en 1998 la gubernatura de Zacatecas y Tlaxcala, mientras que en 1999 ganó el gobierno de Baja California Sur.

Desde que se postuló para presidente del PRD, López Obrador planteó la idea de llevar el método de trabajo practicado en Tabasco a nivel nacional: organizar un partido en movimiento. Un partido que tomará decisiones desde sus bases e incluyera sus demandas, invirtiendo la pirámide de poder.

Enumeramos aquí algunas lecciones para la organización partidaria implementadas por López Obrador en ese periodo:

  1. La organización territorial. “Al llegar a la presidencia nacional del PRD, AMLO realizó numerosas innovaciones. Entre ellas, la creación de las llamadas Brigadas del Sol. Se trataba de enfrentar la paradoja de un partido desorganizado para la lucha electoral, pero que pretender llegar al poder por esa vía. Las Brigadas del Sol se estructuraron con un brigadista por sección electoral”. (Batres, 2008).
  2. Las encuestas como instrumentos para la toma de decisiones y la medición de posibles candidatos. “Otra de las innovaciones que introdujo AMLO desde la presidencia del PRD fue la utilización de las encuestas. Estas fueron aprovechadas para varios fines. Con ellas se midió la intención de voto, nacional o regionalmente, hacia cada partido y hacia cada precandidato. Y particularmente se midió la presencia de liderazgos y personalidades en el imaginario de la gente. Pero también se evaluó la opinión pública respecto a temas específicos como Chiapas, el Fobaproa y otros. Las encuestas sirvieron para tomar mejores decisiones”. (Batres, 2008).
  3. La participación prioritaria de las mujeres. “AMLO insistía en contar con más mujeres candidatas. “Las mujeres inspiran más confianza –decía-. Son más honestas, más inteligentes y administran más ordenadamente”. (Batres, 2008). Las mujeres son el alma del movimiento, también solía argumentar el dirigente y desde su labor en el CEN se coordinó con equipos de mujeres reconociendo sus aportes.
  4. Las definiciones institucionales y no por cuotas de poder. “Como Presidente del partido, AMLO nunca promovió a sus colaboradores o amigos a las candidaturas. Nunca optó por el más cercano, siempre apoyó al más posicionado. Y nunca cedió a las poderosas presiones internas para repartir las candidaturas entre las corrientes del partido sin considerar el perfil de las personas propuestas”. (Batres, 2008).
  5. La política de alianzas con la propia base de la izquierda y personajes con trayectoria de honestidad. “A partir de 1997 el PRD reactiva una amplia política de alianzas. Estas se realizaron no sólo con partidos, sino también con organizaciones sociales, con grupos regionales, con desprendimientos de otros partidos y con personalidades representativas”. (Batres, 2008).
  6. La inclusión de los dirigentes históricos de la izquierda. AMLO incluyó en un consejo político a Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Heberto Castillo (quién murió el 5 de abril de 1997 siendo senador de la República).
  7. La premisa de la unidad. Andrés Manuel como presidente del partido se colocó muy por encima de la desgastante y absurda guerra tribal, no favoreció a tal o cual corriente sino que se distinguió por mantener su imparcialidad ante problemas de grupos, esto le dio autoridad ética y política para tomar decisiones objetivas y acuerpar la unidad necesaria.
  8. El contacto directo con la gente y sus anhelos. AMLO recorrió mil 800 municipios como dirigente nacional del PRD, AMLO es pueblo se decía desde entonces.
  9. Las estrategias regionales. AMLO hacía giras de días enteros en comunidades apartadas del país, para ello no realizaba reuniones con dirigentes sino acompañaba los trabajos organizativos, brigadas, reuniones en pequeños poblados; para ello se establecía por temporadas en una región. Fue celebre su estancia en Tlapa, Guerrero, la tierra de Othón Salazar, y como era su método pernoctaba en la cabecera municipal en casa de algún militante para de ahí recorrer los municipios cercanos y periféricos, como hizo a profundidad con la montaña roja de Guerrero.
  10. Las prerrogativas para el trabajo de base y no para el trabajo burocrático. “Aprovechando su experiencia, organizó a su equipo y modificó la estructura de asignación de recursos. Si la burocracia partidaria absorbía el 80% del dinero y dejaba 20% a las bases, invirtió la distribución y destinó 20% a la dirigencia y 80% a las bases”. (Ortiz Pinchetti, 2018).

La premisa fundamental de AMLO en cuanto a su óptica de la vida de un partido político, siempre ha sido la construcción del partido- movimiento. Además del exitoso capitulo electoral de 1997, el entonces presidente perredista llevó al partido- movimiento a su máxima expresión popular en 1998 con la consulta sobre el Fobaproa, que se realizó el domingo 30 de agosto de ese año. López Obrador vislumbró que era importante que el pueblo se informara y tuviera voz de un tema de política económica atribuible a Ernesto Zedillo, ya sin los fantasmas del salinismo, el expediente Fobaproa.

Desde el 17 de agosto del 98, la dirigencia perredista inició una “cruzada informativa” para alertar a la población sobre la intención gubernamental de convertir al Fobaproa en deuda pública y promover su consulta nacional. Es decir, Zedillo pavimentó el hecho que los bancos se llevaran las ganancias y el pueblo pagara sus adeudos.

De entrada AMLO logró dos cosas: “Con agilidad, hizo de un asunto de técnica financiera el tema de discusión de la política nacional y la pertinencia de los instrumentos de consulta popular -plebiscito, referéndum e iniciativa- como formas válidas de expresión de las masas”. (Aguirre, 1998).

En el suplemento Masiosare de La Jornada se detalló la ofensiva del movimiento en este tema:

“En apenas tres semanas, Andrés Manuel López Obrador visitó 29 capitales de los estados del país, padeció una andanada de críticas -internas y externas- por su denodado activismo y hasta se ganó una amenaza de muerte. Todo, por promover la consulta nacional.

“El periplo fue extenuante -con traslados por tierra y aire debió estar en dos entidades al día-, pero sirvió para inyectarle nuevos ánimos al partido y hasta para allegarse de nuevas simpatías, dicen allegados a López Obrador. En lo personal -agregan- a él “le recargaron las pilas, porque encontró muchas respuestas positivas. Le decía la gente: `no se raje, échele ganas. Van bien”’. En los pasillos de la sede perredista, cada vez es más frecuente escuchar historias sobre los “acercamientos” que tuvieron distinguidos empresarios con líderes partidistas. Han llegado hasta la antesala de López Obrador para reclamar aclaraciones -ya se cuentan por centenas-, pero se retiran proporcionando información. Como ejemplo, están los casos de Eduardo Bours, presidente del Consejo Coordinador Empresarial -que ofreció al PRD una disculpa por su virulenta reacción, ante la divulgación de la lista- y de Raymundo Gómez Flores, quien a cambio de una aclaración pública por una mención similar, prometió información privilegiada”.

AMLO volvió a reactivar a la dirigencia y militancia perredista, y se insertó en la ruta histórica de los llamados a la participación ciudadana en la toma de decisiones, que en otros años ya habían tenido estas experiencias:

“En septiembre 1995, el Frente Zapatista de Liberación Nacional convocó a una consulta pública para que la ciudadanía se expresara sobre el futuro del EZLN. Esa vez participaron casi un millón 200 mil personas en todo el país y mandataron al grupo insurgente que dejara el clandestinaje y se convirtiera en una fuerza política.

Tiempo después, el Frente Cívico Morelense preguntó si el entonces gobernador Jorge Carrillo Olea debía ser sometido a juicio político. Siete de cada 10 de los participantes se pronunció afirmativamente”. (La jornada).

Sobre el Fobrapoa la propuesta del gobierno priista consistía en lo siguiente:

  1. Se convierten los 552 mil millones de pesos del Fobaproa en deuda de todos los mexicanos.
  2. Se entregan a los banqueros bonos que pueden vender en el mercado y además, cada año, 32 mil millones de pesos, como pagos de intereses.
  3. El gobierno gasta menos en salud, educación, vivienda o aumenta impuestos como el IVA y los precios de la gasolina, el gas y la electricidad.
  4. Se rematan los bienes otorgados en garantía de los créditos de los deudores de la banca.
  5. Puertas abiertas a los grandes grupos financieros extranjeros para que compren los bancos mexicanos.

La contrapropuesta del PRD planteaba:

  1. Se rechaza convertir los 552 mil millones de pesos del Fobaproa en deuda de todos los mexicanos, porque es ilegal y viola la Constitución.
  2. Se realizan auditorías a los grandes créditos y se castiga penal, administrativa y políticamente a todos altos funcionarios públicos, banqueros y grandes empresarios que causaron el descalabro bancario.
  3. Se aplica un programa para resolver de fondo el problema de los pequeños y medianos deudores, destinando los recursos necesarios. Se exceptúa de este programa a los créditos de los 500 grandes grupos económicos.
  4. Se sanea y reforma el sistema bancario para que sirva al desarrollo de México y para impedir fraudes y corrupción.
  5. Se mantienen las restricciones legales a la inversión extranjera en los bancos.

La Consulta fue un éxito total, el diario La Jornada informó: “Según proyecciones del PRD la convocatoria para la consulta nacional sobre el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) registró ayer la participación de más de 3 millones de personas, la mayoría de las cuales se manifestaron en contra de convertir los pasivos de ese fideicomiso en deuda pública. De acuerdo con resultados preliminares emitidos poco antes de las 2 de la mañana, que la directiva utilizó para hacer una proyección de la afluencia ciudadana, en 11 mil 705 casillas computadas -que representan 64 por ciento del total- votaron 2 millones 141 mil 578 personas.

AMLO dijo “con base en ese mandato, el PRD y sus legisladores actuarán con responsabilidad frente al pueblo y la nación. Con su extraordinaria participación, los ciudadanos han dicho ¡basta! a que se les ignore a la hora de tomar las grandes decisiones en la conducción política y económica del país”.  Y agregó: `Quienes han dicho que consultar al pueblo en asuntos tan complejos y delicados como el Fobaproa es populismo y demagogia, hoy tienen una respuesta ciudadana masiva que demuestra que la población está ávida y deseosa de tomar parte de las decisiones, ofreciendo su opinión y mandatando al gobierno y a todas las fuerzas políticas de la nación”.

En el balance de su sexenio, Zedillo estaba consciente del origen accidentado de su arribo a la primera magistratura, de la decadencia del sistema priista, del auge de la corrupción y la delincuencia de cuello blanco, de la crisis de legitimidad permanente que implicaba tener al EZLN cercado por el ejército (hermanos indígenas alistados como soldados rasos en guerra de baja intensidad contra hermanos indígenas en rebeldía, lo que a ojos de la opinión mundial era una guerra) y por ello apostó a la reforma político- electoral; y en la decisión quizá más difícil, preparó las condiciones para la transición pactada con la derecha y la oligarquía en el año 2000.

Dice CIDOB (Barcelona) al respecto de los saldos del zedillismo:

“Al llegar a la Presidencia, Zedillo se había comprometido a proseguir con las reformas electorales, y por tanto centró sus esfuerzos en asegurar la transparencia de los comicios y la completa imparcialidad del IFE. La primera concreción de este objetivo fue el pacto Compromisos para el Acuerdo Político Nacional, suscrito el 17 de enero de 1995 por el PRI, el PAN y el PRD más el Partido del Trabajo (PT), esto es, los cuatro partidos representados en el Congreso, con el fin de promover el diálogo político para conducir una reforma electoral definitiva y solucionar el problema sempiterno de los conflictos poselectorales. Esta modernización decisiva de las reglas de participación en democracia quedó consagrada, en una manifestación de consenso partidista que no tenía precedentes, el 31 de julio y el 1 de agosto de 1996 con la aprobación unánime por las dos cámaras del Congreso de la reforma de 19 artículos de la Constitución”.

En lo económico, la misma fuente expresa: “La restauración del orden financiero condujo a la destrucción o la subcontratación de millones de puestos de trabajo, a una pérdida masiva de poder adquisitivo de la población y al crecimiento de las rentas más elevadas. Con un 40% de la población por debajo del umbral de la pobreza y al menos otro 25% en sus límites, México acentuó su condición como uno de los países con más desigualdades sociales de América Latina”.

Retomando el balance de AMLO como Presidente del PRD. Jaime Avilés remarca:

“Como presidente nacional del PRD, Andrés Manuel obtiene los siguientes resultados. A finales de 1996, en las elecciones locales de los estados de México, Guerrero e Hidalgo, ese partido aumenta de 21 a 55 el número de municipios que gobierna. En el estado de México sube de 7 a 27. En Guerrero, de 13 a 21. Y en Hidalgo, de 1 a 7. A principios de 1997, en Morelos, salta de 1 a 13 municipios. En la elección federal intermedia de 1997, el PRD desbanca al PAN como segunda fuerza nacional. Sus diputados de mayoría se multiplican por 10: pasan de 7 a 70. Además, el PRD gana, con Cuauhtémoc Cárdenas, el Gobierno del Distrito Federal. Y las gubernaturas de Zacatecas, Baja California Sur y Tlaxcala. Antes de López Obrador, el PRD no gobernaba ninguna entidad federativa. Ahora, en 1997, tiene cuatro, y en 1998, cinco, al sumar Guerrero. Son los frutos de un método aplicado a lo largo de muchos años. Así como de 1977 a 1982 visitó de lunes a lunes las comunidades chontales. Así como de enero a agosto de 1983 supervisó la renovación de todos los comités seccionales del PRI de Tabasco. Así como de 1989 a 1996 fortaleció, mediante constantes recorridos, los 17 comités municipales del PRD. De 1996 a 1999, con la misma perseverancia, viaja por todo el país, y regresa una y otra vez a cada ciudad, barrio, colonia y pueblo. Para optimizar la eficacia del partido, ofrece un modesto sueldo mensual a jóvenes cuadros universitarios, que aprendieron el abecé de la política en la UNAM en las huelgas estudiantiles y en las caravanas de solidaridad con el EZLN”.

*Este texto forma parte de un trabajo más amplio que se denomina: Los años de la resistencia, que será publicado en esta columna por entregas.

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