Por Norbert Rücker (*)

Oriente Medio y la geopolítica están acaparando la atención del mercado financiero. El trágico conflicto militar que estalló en Israel hace más de dos semanas continúa con la misma intensidad. Dicho esto, algunos de los flujos iniciales hacia refugios seguros, como el oro, los bonos del gobierno y el dólar estadounidense se están disipando a medida que la historia sobre los rendimientos crecientes y la inflación regresó con fuerza la semana pasada.

Es principalmente el mercado del petróleo el que sigue preocupado por los posibles riesgos derivados del conflicto. Los escenarios que vemos para el conflicto en Israel y la Franja de Gaza no han cambiado. Si bien el flujo de noticias es muy emotivo, el camino estándar que siguen los mercados durante un conflicto de este tipo es muy poco emocional. La geopolítica tiende a ser un elemento de ruido sin implicaciones fundamentales duraderas, un shock que inyecta una prima de incertidumbre temporal en los precios.

Seguimos creyendo que el escenario de ‘shock temporal’ es el más probable, con una probabilidad de alrededor del 65%. El conflicto militar sigue centrado en Israel, dentro de lo conocido. Las relaciones entre Israel y Palestina se reinician, pero por ahora el impacto en la región es mínimo además de la retórica encendida. La prima de riesgo inherente a los precios del petróleo debería desaparecer en cuestión de semanas. Dicho esto, seguimos creyendo que un escenario de ‘crisis petrolera’ es extremadamente improbable, mientras que un escenario de ‘reversión política’ tiene probabilidades moderadas, con una probabilidad de alrededor del 30%. Aquí, una escalada parcial del conflicto significaría que los precios del petróleo se mantendrían elevados durante más tiempo, hacia fin de año. Dadas las últimas evoluciones. Hasta ahora, las potencias de la región han confiado en la diplomacia en lugar de la acción militar.

El temor al impacto económico y la inflación de los combustibles parecen mantener a raya las reacciones impulsivas. Los enfrentamientos militares con Líbano no se han intensificado de manera significativa. La escalada dentro del conflicto en sí, como una invasión de la Franja de Gaza, está tomando más tiempo de lo inicialmente esperado. Los mercados petroleros parecen estar algo desconectados de los fundamentos y vemos que los precios caen el próximo año. El almacenamiento es suficiente a nivel mundial y la brecha entre la oferta y la demanda está destinada a cerrarse en el futuro.

(*) Jefe de Economía e Investigación en Next Generation, Julius Baer

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