Redacción

La Megaofrenda es una amplia tradición de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que se caracteriza por la elección de un hecho o personaje histórico representativo del país para rendirle tributo con motivo del Día de Muertos, sin embargo, después de la pandemia el formato de estas instalaciones cambió y a continuación te contamos qué fue lo que sucedió.

Para aquellos que fueron estudiantes de la Máxima Casa de Estudios podrán estar bastante familiarizados con las Megaofrendas, ya que durante muchos años Ciudad Universitaria era el lugar donde se exhibían. Sin embargo, la historia de este evento se remonta a 1997, cuando por una iniciativa del propio alumnado se decidió llevar los tradicionales altares de día de muertos a un nuevo nivel.

Las primeras ocasiones que se realizó fue en la Facultad de Medicina y después se fue colocando en otras partes de Ciudad Universitaria, como fue el UNIVERSUM, las Islas o el Estadio Olímpico.

Pero, ante el éxito que fue cobrando alrededor de los años, fue en 2016 donde la UNAM decidió expandir sus horizontes para llegar a más personas y llevó las instalaciones de esta tradición universitaria a la mismísima plaza de Santo Domingo.

Ese año se levantaron 85 altares en forma de prismas de dos metros y fueron intervenidos por alrededor de mil 500 alumnos, trabajadores e integrantes de la comunidad estudiantil. Asimismo, el elegido de ese año fue el pintor Rufino Tamayo y algunas de sus tradicionales sandías acompañaron el homenaje.

Pero, seguramente para quienes solían visitar año con año las Megaofrendas podrían sorpenderse que, desde que inició la pandemia por COVID-19, la cita o el plan de fin de semana para ver esculturas inmensas en papel maché u otros materiales ya no regresó.

No obstante, esto no significó el fin de una era, pues la UNAM anunció en 2020 que, debido a la contingencia sanitaria, se ofrecería la primera megaofrenda en conmemoración al Día de Muertos de Manera Virtual.

Por medio de un comunicado oficial, la máxima casa de estudios explicó que la forma de evocar esta tradición nacional sería a través de una plataforma digital modelada en tres dimensiones.

El responsable de traer esta ofrenda es Gerardo García Luna Martínez, director de la Facultad de Arte y Diseño (FAD), quien explicó que se utiliza tecnología 3D, desarrollada de manera inmersiva en un ambiente creado en el software Maya, una herramienta que modela y genera animaciones.

“Enfrentar una realidad que nos invita a reinventarnos y a construir comunidad más allá de lo corpóreo, era la gran apuesta. El deambular por un espacio que nos recrea la circunstancia tridimensional, sumado a recursos audiovisuales, es un sustituto muy digno, no puede reemplazar nuestra realidad, pero finalmente los grandes invitados son intangibles, y son nuestros difuntos”, abundó en aquel entonces.

Así, el recorrido se hizo a través de un avatar de puma con forma humana que viste una chamarra de la UNAM.

Respecto a este año, aunque el panorama respecto a la pandemia pinta un poco diferente debido a que la Ciudad de México actualmente se encuentra en semáforo verde epidemiológico y la campaña de vacunación sigue su curso, la UNAM decidió retomar el mismo formato que el año anterior.

La temática será “México 500″, refiríéndose a la conmemoración a la resistencia Indígena México-Tenochtitlán y se invitó a los estudiantes a que participaran con la creación de un códice, así como un concurso de calaveritas y caracterización de catrinas.

Los interesados tendrán del 30 de octubre al 5 de noviembre para participar y los ganadores se publicarán en la página https://megaofrenda.unam.mx/ el 15 de noviembre.

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