Los caminos de la resistencia no son cortos. La lucha del pueblo de México por una nueva transformación se gestó desde la insurgencia cívica de 1988, pasaron 30 años para lograr el objetivo de llevar a la Presidencia a un personaje comprometido con los anhelos populares de justicia, paz, democracia y bienestar para todos. En el camino quedaron miles de mujeres y hombres libres que no vieron los frutos de su perseverancia; a ellos nos debemos, por ellos seguimos luchando y por ellos lograremos la Cuarta Transformación de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador representa los sueños libertarios y transformadores del México profundo, por eso no está ni estará solo en la acción cotidiana contra el conservadurismo y los grupos golpistas.
Hoy decimos, resistimos y vencimos. Nos remontamos a la frase exacta que era “veni, vidi, vici”, y se traduce como “Vine, vi, vencí”, misma que se conoció en un mensaje de Julio César al Senado romano. Aparentemente el razonamiento fue escrito en el año 46 a. C. en la ciudad de Zela, que estaba ubicada en el área ahora conocida como Provincia de Tokat, en Turquía. La batalla de Zela la visualizó el guerrero desde una colina, a pesar de la adversidad logró descifrarla y salir airoso de ella en tan solo 4 horas.
En todo proceso político es invaluable la autocrítica, el balance de la realidad y el trazo de nuevos planes de acción, cada uno en su espacio, tiempo y lugar.
En el tiempo de la autocrítica es imprescindible reflexionar que sólo los procesos permanentes de formación política en la acción lograrán el objetivo de construir el obradorismo que respalde la transformación en este sexenio y en los años por venir. En ese sentido, proponemos esta nueva ventana, para seguir promoviendo la difusión de ideas, textos, posturas e historias en función de construir militancia crítica, informada, activa y propositiva.
Como ha referido Enrique Dussel: AMLO es un buen conductor, pero es importante que el partido (Morena) brinde el necesario proceso de formación ideológica para llevar adelante la 4ª Transformación; y recordando a Sun Tzu “para ganar una guerra no es suficiente un general, sino que también se necesita de un ejército”.
Dussel también ha recordado el caso del Partido de los Trabajadores de Brasil, que llevó al poder a Luiz Inácio Lula da Silva, pero no logró generar una ideología para formar a sus militantes, sucumbiendo a la postre ante la corrupción. En tal sentido, Dussel ha considerado que la corrupción es la consecuencia de la ambición de los políticos, por lo que aboga por la necesidad de formar un nuevo tipo de político, que sea capaz de ver el poder, no como autoridad, sino como obediencia, para servir al pueblo, en quien reside la soberanía. Y la clave para formar un nuevo político es la ética, para, en primer lugar, afirmar la vida, y, en segundo lugar, para plantearse hacer cosas racionalmente posibles.
La formación política tiene que situarse desde el terreno de la acción, del movimiento y no solo de la teoría; por ello la Consulta Constitucional del 1° de agosto es una valiosa oportunidad para la regeneración desde dentro del movimiento. Es tiempo de reconocernos en las tareas que nos han caracterizado, con la labor desde nuestros propios medios, desde la sobriedad, austeridad y urbanidad política, pero recuperando el poderoso mensaje del combate a la impunidad y la lucha por justicia. Es la hora de volver a salir a la plaza pública, con todos los cuidados sanitarios debidos; de que cada uno de nosotros sea un medio de comunicación, de pintar bardas, tocar puertas casa por casa, convocar a charlas virtuales, y todo ello para que la memoria como arma contra el poder se haga presente:
Decir a los cuatro vientos quienes fueron Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y como llevaron a nuestro país a la degradación, a la ruina, a la violencia y al desmantelamiento.
La lucha sigue, es la hora de la creatividad, la ética, y las convicciones para que el 1° de agosto logremos un ejercicio democrático histórico.