Por Alejandro Durán

Derivado de los embates de la emergencia sanitaria y la carencia de acciones de parte del gobierno federal para impulsar la actividad económica, en mayo pasado la inversión privada se desplomó 39.7 por ciento a tasa anual, lo que representó la peor caída desde agosto de 1995 cuando disminuyó 40.7 por ciento, en el marco de la llamada “Crisis del Tequila”.

De esta manera, la Inversión Fija Bruta (IFB), que representa los gastos realizados en maquinaria y equipo de origen nacional e importado, así como los de construcción, acumuló 16 caídas consecutivas, luego de que en enero de 2019 reportó su último crecimiento a tasa anual (1.6 por ciento), de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Por lo anterior, en el periodo comprendido de enero a mayo de este año el indicador acumuló una contracción de 20.6 por ciento a tasa anual.

La caída de 39.7 por ciento que registró la IFB durante mayo de este 2020 superó las expectativas de los analistas, quienes proyectaban una contracción de 38.6 por ciento.

Sobre este punto, José Luis de la Cruz, presidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), explicó que la caída que reporta la inversión es consecuencia de la incertidumbre que enmarca a la actividad productiva del país, cuya desconfianza se profundiza por la falta de medidas del gobierno federal para impulsar la reactivación económica.

De acuerdo con el INEGI, la caída de 39.7 por ciento que reportó la IFB durante el quinto mes del año fue resultado de los números negativos que mostraron sus componentes: Mientras que la inversión en maquinaria y equipo cayó 46.7 por ciento a tasa anual, los recursos destinados a la construcción disminuyeron 33.7 por ciento.

Finalmente, en su comparativo mensual, la IFB reportó una disminución de 4.5 por ciento de abril a mayo de este año.

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