Redacción

La diferencia de ingresos entre hombres y mujeres en México alcanza un promedio del 16%, es decir que las mujeres ganan 84 pesos por cada 100 pesos que recibe un hombre aún cuando se desarrollen en un mismo puesto y realicen las mismas tareas. A este fenómeno, que no es exclusivo del país, se le denomina brecha salarial y refleja desigualdades significativas en el ámbito laboral del mundo.

El porcentaje resultante de esa diferencia de sueldos responde a la cuestión, que enfatiza el Banco Mundial en su estudio más reciente (La mujer, la empresa y el derecho 2024): “¿Cuánto más cobran de salario los hombres que las mujeres? Si la cifra es negativa, significa que las mujeres cobrarían más”.

Estados de México con peor brecha salarial

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) hay ciertos factores clave que influyen en este desequilibrio, por ejemplo, la mayor cantidad de tiempo que las mujeres dedican a tareas no remuneradas (de cuidados y del hogar), las restricciones para ascender a posiciones jerárquicas superiores, el nivel educativo y la segregación ocupacional por género. Estas variables limitan la capacidad de las mujeres para competir en igualdad de condiciones en el mercado laboral.

Sin embargo, como sucede a nivel global, en México la brecha salarial no es igual para todos los estados del país, pues unos se encuentran en una peor situación que otros.

Colima, Baja California Sur y Tlaxcala son los estados con mayor disparidad en los salarios que perciben hombres y mujeres. Según el análisis del IMCO basado en los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), las mujeres de dichos estados apenas ganan 74.58, 77.56 y 77.63 pesos mexicanos, respectivamente, por cada 100 que se lleva un hombre.

Yucatán, Morelos, Michoacán y Oaxaca también pagan a las mujeres menos de 80 pesos por cada 100 que gane un hombre. Nayarit, Jalisco, Sinaloa, Querétaro, Quintana Roo, Guanajuato, Tabasco, Nuevo León, Estado de México e Hidalgo dan al sexo femenino entre 80.21 y 83.70 pesos a las mujeres.

El caso de Baja California, Tamaulipas, Coahuila, Puebla, Durango, Guerrero, Zacatecas, Chihuahua, Campeche, Sonora y Aguascalientes van de un promedio de 84.11 a 89.64 pesos por cada 100 que cobra un hombre.

Por el contrario, la Ciudad de México, San Luis Potosí, Chiapas y Veracruz las entidades federativas donde la disparidad es menor al 10%. Esto indica que, aunque el problema es generalizado, hay áreas en las que se ha avanzado más hacia la igualdad salarial.

¿Qué estados tienen mejores oportunidades laborales para las mujeres?
De la misma forma, la Ciudad de México se ubica como la entidad con mejores condiciones laborales para las mujeres. Su población femenina está mejor preparada, ya que 60% cuenta con, al menos, estudios de nivel medio superior.

El IMCO también reportó que la Ciudad de México, Baja California Sur, Nuevo León, Jalisco y Yucatán, tienen un nivel de desempeño alto, principalmente porque en promedio tienen una menor proporción de mujeres ocupadas en empleos informales (47%), y en pobreza laboral (29%), lo que implica que hay menos mujeres con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria.

En el otro lado de la moneda se encuentra Guanajuato, que ocupa el último lugar del ranking sobre las oportunidades laborales para las mujeres, principalmente por tener la mayor proporción de mujeres que trabajan jornadas largas -es decir, más de 48 horas semanales-. Además, observa una mayor desigualdad en términos del trabajo no remunerado, pues las mujeres de la entidad dedican 79% más tiempo que los hombres a estas actividades, lo que acapara o limita el tiempo que pueden ofrecer en el mercado laboral.

Factores como el acceso limitado a posiciones de liderazgo y la concentración de mujeres en sectores de baja remuneración agravan la situación. Estos elementos demuestran la complejidad del problema y la necesidad de implementar políticas públicas orientadas a cerrar esta brecha.

La brecha salarial de género no solo impacta directamente en el bienestar económico de las mujeres, sino que también refleja barreras culturales y estructurales que limitan su desarrollo profesional. La igualdad de ingresos es un indicador clave para medir el progreso hacia la igualdad de género en cualquier sociedad.